miércoles, 9 de marzo de 2011

Radioaficionados: Amor por la radio


Tras el terremoto del 27 de febrero volvió a quedar en evidencia la importancia de los radioaficionados en la ayuda a la comunidad en momentos de emergencia. Cuando se cayeron los celulares y no había electricidad, ellos estuvieron en el aire comunicando


“Romeo Alfa 10, estamos atentos y a la escucha”
“Conforme Romeo Alfa 10, mantengan frecuencia”
Ese fue el primero diálogo que Eleazar Soto, presidente del Club de Radioaficionados Hugo Roa Santander”, tuvo con los encargados de emergencia de la provincia apenas minutos después de que el terremoto golpeara con fuerza nuestra ciudad.
Poco se sabía de lo que había ocurrido en otras zonas del país, no había señal de celulares, el suministro eléctrico estaba cortado; no había comunicación.
Y eso es lo que más se necesita en situaciones extremas: comunicación.
En esas circunstancias, cuando no se sabía a ciencia cierta de la magnitud de la tragedia, cuando los radioaficionados cumplieron una labor social de relevancia.
Se convirtieron de pronto en el nexo de los organismos de emergencia nacionales con las autoridades locales; además de ser el puente de comunicación de los sanantoninos que tenían familiares en las zonas de la VII y VIII Regiones que habían sido más golpeadas con el sismo y con el posterior tsunami.
Los radioaficionados estuvieron en contacto con sus colegas de otras partes del país, supieron que en el norte sus contactos no había percibido el movimiento; que sus amigos del sur sabían que en Concepción había varias personas muertas y para qué decir en las costas de Constitución donde la ola del tsunami causó irreparables pérdidas humanas y materiales.
No sólo eso, también se conectaron con radioaficionados de Argentina, que transcurridas algunas horas del siniestro, ya estaban transciendo y prestando ayuda para facilitar la comunicación.

Una afición especial

La radioafición es tanto una afición como un servicio en el que los participantes, llamados "radioaficionados o radioescucha", utilizan varios tipos de equipos de radiocomunicaciones para comunicarse con otros radioaficionados para el servicio público, la recreación y la autoformación.
Los radioaficionados cuentan con comunicaciones inalámbricas personales entre sí y son capaces de apoyar a sus comunidades con comunicaciones de emergencia y de desastres si es necesario.
Se estima que unas seis millones de personas en todo el mundo participan regularmente de la radioafición.
Los radioaficionados usan varios modos de transmisión para comunicarse. Las transmisiones de voz son más comunes, con algunas, como frecuencia modulada (FM), ofreciendo audio de alta calidad, y otras, como modulación en banda lateral única (SSB), ofreciendo comunicaciones más confiables, frecuencia a larga distancia, cuando las señales son marginales y el ancho de banda está restringido, en el sacrificio de la calidad de audio.
Los comunicaciones entre radioaficionados suelen confirmarse mediante tarjetas postales llamadas "QSL". En ellas se reflejan por escrito los detalles que sirven para confirmar el contacto realizado con la otra estación; el indicativo de llamada, posición geográfica en formato Maidenhead Locator, frecuencia y modo de transmisión, sin olvidarse de la fecha y hora en base al tiempo universal coordinado servirán como prueba escrita de dicho contacto.
Muchos radioaficionados muestran con orgullo su colección de QSL’S, las cuales confirman su pericia y trabajo en esta afición. No sólo prima la cantidad, sino que hay un verdadero fervor en la búsqueda de realizar contactos "difíciles" que son recompensados con la llegada de la tarjeta QSL confirmando ese contacto tan ansiado.

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