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miércoles, 9 de marzo de 2011

Comunicación instantánea


Los radioaficionados están en permanente contacto. Esa es la idea, facilitar la comunicación. Pero eso no es todo, porque a través de las diversas frecuencias que están autorizados a emplear, se comunican con sus colegas en distintos lugares del país.
Es así como Eleazar Soto, desde su domicilio hizo una prueba de equipos para entrar en contacto con otras personas equipadas con equipos repetidores o portátiles.
Primero fue un contacto con Onemi de Valparaíso, luego el encargado de emergencias de la Municipalidad de San Antonio, Hospital, Bomberos, Carabineros y Ejército. Todos respondieron inmediatamente que la comunicación se escuchaba fuerte y claro.
Lo mismo sucedió con los colegas de Elezar Soto (CE2 RVM). Primero fue Freddy (VCA2 VZM) que respondió desde Viña del Mar; luego Raúl (HOV CE3 HOV) quien se encontraba en Colina, provincia de Chacabuco.
Y también con Renato (CE3 UNO) y David (CA2 VYM), junto con Guillermo (CE2 RML) quien estaba en Llo Lleo.
Todos ellos estaban atentos a las ondas de radio que sus aparatos traducían en voz, todos dispuestos a responder a los requerimientos de alguien que al igual que ellos, sienten amor por la radio.

La experiencia radial en San Antonio


En nuestra ciudad el club de radioaficionados “Hugo Roa Santander” cuenta con 18 integrantes aficionados a la electrónica y a la radio.
El club adoptó el nombre de Hugo Roa, en recuerdo de quien fuera uno de sus principales integrantes y que fue el guía para que muchos de los miembros de iniciasen en esta actividad.
Eleazar Soto Faúndez, explicó a El Líder que “somos el único club activo y legalmente conformado de la provincia. Nos regimos por el reglamento de la Subsecretaría de Telecomunicaciones para transmitir en la banda de los 144.000 a 148.000 MGHZ. Hace 3 años estamos trabajando con la Onemi y nos mantenemos en permanente contacto con las entidades de emergencia de la provincia como la Red de Emergencia Municipal (Remsa), además de Ejército, Carabineros, Bomberos y Hospital”.
Enfatizó que “somos una entidad sin fines de lucro que estamos dispuestos a entregar nuestra ayuda desinteresada a la autoridad. No somos entes oficiales, no nos mandamos solos; somos muy estrictos en ese sentido y hacemos respetar los códigos que nos entregan”.
¿Qué actividades realizan?
Bueno, somos un club antes que nada y como tal nos reunimos entre los integrantes (18) y realizamos capacitaciones para ir mejorando en temas como construcción de antenas, manejo de los equipos, etc. Además, compartimos experiencias.
¿Quiénes se pueden integrar?
Cualquier persona que se sienta cercana al tema, desde los 15 años de edad.

Trabajo posterremoto

Tras el terremoto, tuvieron mucha actividad…
Exactamente. Nos coordinamos con los organismos de emergencia y medios de comunicación locales. Nos instalamos en la radio Chilena y estuvimos generando contactos con otros colegas que estaban en la zona más afectada. Además, recibimos muchas peticiones de vecinos que querían saber del estado de sus familiares. No tenían cómo comunicarse y nosotros les prestamos ayuda.
Onemi nos llamó y nos pidió que colaboráramos con la labor de dar tranquilidad a la comunidad. Estábamos alerta por el tema del tsunami, pero más que todo, ayudar a la calma.
¿Ustedes se enteraron de inmediato de la magnitud de la tragedia?
Sí, tuvimos contactos con colegas del sur que lograron transmitir de inmediato. Hubo otros a los que se les cayeron las antenas y las casas. Supimos lo que estaba pasando y lo que sucedió en Constitución.
¿Qué fue lo más difícil del momento?
Aparte de reiterar los llamados a la calma de la población, lo complicado fue contar con los recursos adecuados para hacer nuestra labor. Fue difícil conseguir energía para recargar las baterías; además que se nos hicieron pocas. Agradezco la colaboración de las empresas Merco Tank y Vicmar que en ese momento nos prestaron baterías.

Las conclusiones

Lo terrible del terremoto sirvió para poner a prueba la capacidad de reacción de estos radioaficionados. Fue el momento propicio para sacar conclusiones que permitan en un futuro actuar de la mejor manera.
Soto indica que hay varios aspectos que se han mejorado, lo que es muy valioso. “Dentro de las conclusiones más importante está la necesidad de trabajar estrechamente con la Defensa Civil, con los boys scouts de la comuna, para de esa manera hacer llegar a los vecinos los mensajes que nos transmiten. Por lo mismo, pretendemos aumentar la difusión con las radios comunitarias locales para propagar la información”.
“Seguiremos perfeccionándonos para optimizar nuestros procedimientos ante otras emergencias como incendios forestales o temporales de lluvia en invierno. Se hace necesaria la capacitación constante de entidades como el personal municipal de la provincia, los integrantes de la red Victor y los integrantes de la Uncosan que están en contacto con nosotros. La idea es que los dirigentes de cada barrios se acerquen a los radioaficionados y se enteren de la información para darla a conocer efectivamente”.

Radioaficionados: Amor por la radio


Tras el terremoto del 27 de febrero volvió a quedar en evidencia la importancia de los radioaficionados en la ayuda a la comunidad en momentos de emergencia. Cuando se cayeron los celulares y no había electricidad, ellos estuvieron en el aire comunicando


“Romeo Alfa 10, estamos atentos y a la escucha”
“Conforme Romeo Alfa 10, mantengan frecuencia”
Ese fue el primero diálogo que Eleazar Soto, presidente del Club de Radioaficionados Hugo Roa Santander”, tuvo con los encargados de emergencia de la provincia apenas minutos después de que el terremoto golpeara con fuerza nuestra ciudad.
Poco se sabía de lo que había ocurrido en otras zonas del país, no había señal de celulares, el suministro eléctrico estaba cortado; no había comunicación.
Y eso es lo que más se necesita en situaciones extremas: comunicación.
En esas circunstancias, cuando no se sabía a ciencia cierta de la magnitud de la tragedia, cuando los radioaficionados cumplieron una labor social de relevancia.
Se convirtieron de pronto en el nexo de los organismos de emergencia nacionales con las autoridades locales; además de ser el puente de comunicación de los sanantoninos que tenían familiares en las zonas de la VII y VIII Regiones que habían sido más golpeadas con el sismo y con el posterior tsunami.
Los radioaficionados estuvieron en contacto con sus colegas de otras partes del país, supieron que en el norte sus contactos no había percibido el movimiento; que sus amigos del sur sabían que en Concepción había varias personas muertas y para qué decir en las costas de Constitución donde la ola del tsunami causó irreparables pérdidas humanas y materiales.
No sólo eso, también se conectaron con radioaficionados de Argentina, que transcurridas algunas horas del siniestro, ya estaban transciendo y prestando ayuda para facilitar la comunicación.

Una afición especial

La radioafición es tanto una afición como un servicio en el que los participantes, llamados "radioaficionados o radioescucha", utilizan varios tipos de equipos de radiocomunicaciones para comunicarse con otros radioaficionados para el servicio público, la recreación y la autoformación.
Los radioaficionados cuentan con comunicaciones inalámbricas personales entre sí y son capaces de apoyar a sus comunidades con comunicaciones de emergencia y de desastres si es necesario.
Se estima que unas seis millones de personas en todo el mundo participan regularmente de la radioafición.
Los radioaficionados usan varios modos de transmisión para comunicarse. Las transmisiones de voz son más comunes, con algunas, como frecuencia modulada (FM), ofreciendo audio de alta calidad, y otras, como modulación en banda lateral única (SSB), ofreciendo comunicaciones más confiables, frecuencia a larga distancia, cuando las señales son marginales y el ancho de banda está restringido, en el sacrificio de la calidad de audio.
Los comunicaciones entre radioaficionados suelen confirmarse mediante tarjetas postales llamadas "QSL". En ellas se reflejan por escrito los detalles que sirven para confirmar el contacto realizado con la otra estación; el indicativo de llamada, posición geográfica en formato Maidenhead Locator, frecuencia y modo de transmisión, sin olvidarse de la fecha y hora en base al tiempo universal coordinado servirán como prueba escrita de dicho contacto.
Muchos radioaficionados muestran con orgullo su colección de QSL’S, las cuales confirman su pericia y trabajo en esta afición. No sólo prima la cantidad, sino que hay un verdadero fervor en la búsqueda de realizar contactos "difíciles" que son recompensados con la llegada de la tarjeta QSL confirmando ese contacto tan ansiado.
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