lunes, 26 de abril de 2010

Locomoción colectiva ¿culpables?

Uno de los puntos que siempre aparecen en la discusión al momento de analizar el tránsito en San Antonio es la presencia de la locomoción colectiva, cuyos representantes reciben el descargo de quienes sufren en los tacos.
Esta situación la tiene clara el presidente del Consejo de Taxis Colectivos de San Antonio, Augusto Arriola, quien indicó que “claro que se da congestión en Pedro Montt y es un tema que se ha conversado al interior de la organización, pero hay una serie de aspectos a considerar. Creo que uno de ellos es la presencia de los parquímetros, ellos tienen la costumbre al sacar los autos de cobrar cuando ya están afuera del estacionamiento y eso detiene el flujo de autos. Este es un problema que también se da en Centenario y en otras calles de la ciudad; eso yo lo he dicho siempre y hay que tenerlo en cuenta”, dijo.
¿Pero no va a negar que los colectivos también tienen su cuota de responsabilidad?
Puede ser, no todos obviamente, pero hay algunos conductores que se quedan mucho tiempo en el lugar o que se estacionan en doble fila. Esto ya queda a conciencia de cada uno.
¿Cómo ha sido la fiscalización de Carabineros?
Muy buena. Si es cosa de ver nomás que cuando hay carabineros, no se arman los atochamientos. Así fue en verano y no hubo grandes problemas.
¿Cuál podrían ser las soluciones para estos problemas entonces?
Primero mantener la presencia de Carabineros, luego arreglar el tema de los parquímetros y otra opción que se tiene que pensar es la posibilidad de instalar una pasarela que vaya desde Centenario hacia el sector del mall. Ese es otro problema, porque ahí la gente se cruza cuando quiere y no espera su turno. No respeta, entonces los peatones también tienen su cuota de responsabilidad en todo esto.
¿Es importante que el peatón entienda que también tiene que poner de su parte?
Por supuesto, si en esto todos tienen que ver. A veces pasan señoras con guaguas por medio de la calle, ahí frente a Javer o frente a la Escuela Industrial, no se dan el trabajo de cruzar por los pasos peatonales en las esquinas. Y esto se da en grandes y chicos. Hace un tiempo carabineros pasaban partes de cortesía a las personas que cruzaban en lugares no permitidos, pero no sé en qué quedó todo eso.
Si bien los dirigentes de las micros como de colectivos reconocen haber realizado importantes inversiones en el mejoramiento de las máquinas y los autos, hoy en día la mayoría de los sanantoninos privilegia su auto propio para trasladarse, por lo que el problema de los atochamientos en el centro de la ciudad se mantendrá en el corto plazo; así es que váyase armando de paciencia.

Nuevos desafíos en el tránsito de San Antonio

La mayor cantidad de autos en la ciudad ha creado puntos de conflicto que no se tenían considerados, lo que afecta a los conductores

Si Ud. tiene un vehículo ya se habrá percatado de los principales problemas que presenta el tránsito en San Antonio y de los puntos más conflictivos para el traslado de los automóviles.
Y lo más probable es que de inmediato le vengan a la mente las imágenes de Pedro Montt repleto de vehículos a eso de las 13 horas o de Centenario en el mismo horario. No nos olvidemos de Llo Lleo donde hay ciertos sectores –especialmente en las cercanías a Avenida Chile- que son motivo de permanente preocupación.
Se estima que en nuestra ciudad circulan más de 400 micros de la locomoción colectiva a las que debemos sumar cerca de mil colectivos y los casi seis mil autos que están en manos de particulares. Ante estos números es fácil imaginarse el panorama, puesto que las calles del centro de nuestra ciudad se han mantenido en las mismas condiciones y los autos siguen aumentando.
A los tradicionales atochamientos que se producen en Pedro Montt en prácticamente tosa su extensión y Centenario de la misma manera, se deben sumar puntos conflictivos que antes no existían; por ejemplo, Independencia con Curicó y Los Aromos con Avenida Chile. La primera intersección se ha vuelto complicada debido a los vehículos que utilizan el bypass de Avenida Chile para trasladarse a Llo Lleo; mientras que la segunda ha cobrado relevancia por la cantidad de camiones que acceden a la ciudad y por los  buses que tienen sus terminales en esos sectores.
Además no olvidar la congestión que se produce en Gregorio Mira cuando los automovilistas descienden desde Placilla o suben por Palmieri. Allí los conductores que avanzan por Gregorio Mira deben esperar un buen rato al enfrentarse al cruce que está señalizado, pero no regulado, lo que hace lento el avance vehicular.
Ahora, hay que hacer una salvedad y que demuestra que con planificación y una importante inversión de recursos se pueden dar grandes soluciones. Gracias al by pass de Llo Lleo, el flujo vehicular bajó ostensiblemente sus tiempos. Así lo reconocen los mismos choferes que diariamente se trasladan entre el centro llolleíno y el agitado Barrancas.
Entre las 13 y las 14 horas, los conductores disfrutan de un  viaje es mucho más expedito. A esto se suma que quienes utilizan el viaducto se muestran conformes con la vía. Camiones, micros, colectivos y automóviles particulares ya son asiduos de la ruta y su avance por el pavimento es tan rápido, que a muchos sorprende.
El ingeniero de tránsito de la Municipalidad de San Antonio, Daniel Bravo López, admite que los choferes redujeron hasta en 6 minutos el tiempo que se demoraban en cruzar de Llo Lleo a Barrancas, y viceversa. "Se ha notado la descongestión en varias vías de la comuna", destacó.
De esta forma quedaron atrás los infernales atochamientos que se producían en Barros Luco con el Nuevo Acceso al Puerto, algunos de los cuales se prolongaban hasta pasada El Molo en sus horarios punta.
Eso ya es cuento del pasado, pero es algo que se solucionó gracias a una importante inversión.

Panorama local

El ingeniero Daniel Bravo (en la foto) señaló que los problemas principales que tiene el tránsito en San Antonio tiene que ver con la congestión que se produce en la zona céntrica de la ciudad, pero es algo en lo que se ha estado trabajando para encontrar soluciones.
“Es algo habitual que se produzcan problemas ahí debido principalmente a la presencia de la locomoción colectiva, pero se ha avanzado con la presencia de Carabineros en el sector, por lo que durante el verano se notó un buen flujo. Ahora claro, considerando el aumento del parque automotriz se han dado nuevas complicaciones, como lo que ocurre en calle Independencia o Luis Reuss, pero se han hecho las inversiones para que se pueda conseguir una solución”, explicó.
¿Cómo se enfrentan estas situaciones?
Esto se ha dado por el aumento de la cantidad de autos, pero se tiene considerado un plan de mejoramiento de los pasos peatonales, como también la construcción de refugios en algunos sectores para ir ordenando todo.
Agregó además que una de las soluciones sería la instalación de un rampa hacia Gregorio Mira, de modo que se convierta en una nueva vía alternativa lateral a las ya mencionadas Pedro Montt y Centenario; es un proyecto que se está evaluando y que podría dar buenas noticias a futuro.
¿Ese proyecto en qué etapa se encuentra?
En estos momentos está en la fase de diseño, posteriormente se pasará a la etapa de la búsqueda de financiamiento, pero tiene que ver con todo un programa de mejoramiento de conectividad y gestión de tránsito en el centro de San Antonio y que se maneja en el municipio.
¿Si se pretende habilitar una rampa en ese sector, me imagino que vendrá acompañado de un mejoramiento integral de la calle Gregorio Mira, porque en el actual estado en que se encuentra, no creo que soporte más carga vehicular?
Esa es la idea, que se mejore todo. Esto viene aparejado con el mejoramiento de otras calles también, no sólo Pedro Montt, sino también Balmaceda y otras transversales.
Un punto importante en el que hizo hincapié el especialista es que este es un problema que no sólo afecta a San Antonio, sino que se da en todo el país y que también tiene relación con la cultura de los automovilistas. “Aquí hace falta cada vez más educación en este tema, cuesta que se respeten las señales de tránsito y los pasos peatonales. Es algo en lo que tenemos que avanzar”, explicó.
Pese a todos los diagnósticos es poco lo que se puede hacer en la zona céntrica de San Antonio si no hay soluciones planteadas.  Uno de los puntos sería mejorar la calidad de la locomoción colectiva, pero hoy en día muchos sanantoninos no optamos por esta opción porque los servicios carecen de comodidades, no son muy expeditos ni confiables en los tiempos; por lo que uno no puede planificar sus traslados si para un mismo recorrido un colectivo se demora 20 minutos y luego 35.

jueves, 22 de abril de 2010

Carlos Basualto, de la Clínica de la Guitarra

Este cartagenino está orgullo del oficio que realiza en San Antonio; por sus manos pasan diversos instrumentos de cuerda que literalmente vuelven a la vida, pero también es claro y cree que a futuro estos oficios desaparecerán

Cada día Carlos Basualto convive con paletas, brazos, tacos, diapasones y puentes. En su trabajo debe preocuparse de vigas, perchas, cuerdas, clavijas, etc.
Suena raro, pero es así.
Carlos Basualto es maestro reparador de guitarras y otros instrumentos de cuerda en su pequeño local de Ejército 1790, Barrancas, donde se instaló a practicar este oficio que aprendió hace ya 30 años y donde dio vida a la Clínica de la Guitarra.
Es que este cartagenino de nacimiento es uno de los pocos exponentes de esta labor propia de luthieres, que en cada guitarra maltrecha, en cada instrumento de cuerda averiado, una posibilidad de trabajar para volverlo a la vida y dejarlo de nuevo en excelentes condiciones para deleitar a las personas con las notas que un experto puede hacer surgir de ellos.
“Hace años que me dedico a esto, antes hacía otro trabajo, pero también relacionado con la madera. Este oficio lo aprendí de un tío, quien me enseñó los primeros pasos y después me fue gustando y aprendiendo cosas nuevas”, cuenta Basualto, en su local donde se mezclan los materiales utilizados en su labor con los cuerpos de otras guitarras que están reparadas o que están en proceso de mejora.
Es un trabajo delicado y que debe hacerse con precisión para no alterar el sonido un las características propias de los delicados instrumentos de cuerda que llegan a las manos de este maestro.
“Con el tiempo uno se va haciendo más conocido y a través de sus trabajos la gente te va recomendando. Tengo buenos clientes de grupos folclóricos de la provincia, incluso de Melipilla y Litueche y de iglesias evangélicas, quienes me traen sus instrumentos para reparación. También he tenido de clienta a Charo Cofré o a Jorge Yáñez, ellos conocer mi trabajo”.
¿Es una labor delicada?
Hay que tener cuidado de no alterar el instrumento. Tener atención en los detalles, eso hace la diferencia de esta labor artesanal comparado con el de las fábricas. Ser fino y minucioso. Me gusta el trabajo hecho a mano porque es de calidad y uno lo puede ver en los materiales que se emplea.
¿Cuáles prefiere usted?
Me gusta trabajar con maderas como lingue.
¿Los clientes valoran los trabajos?
Sí, me da gusto cuando vienen a buscar sus instrumentos y no los reconocen. Muchos dicen: ¿maestro, esta es mi guitarra? Eso demuestra que el trabajo está bien hecho.
¿Cómo anda ahora el trabajo?
Se pone lento en esta fecha. Influye que la gente no tiene dinero. Además este trabajo no es barato y no podemos dar crédito; entonces, cuesta que las personas dejen 60 mil pesos de inmediato. Pero al ver el trabajo artesanal comparado con otras guitarras baratas que hoy se pueden encontrar por ahí, no hay punto de comparación.
¿Cuándo mejora?
Para las cercanías del 18 y de Navidad. Ahí todos quieren tener sus instrumentos en buenas condiciones. Y lo quieren rápido, eso es lo otro. Vienen aquí y piden que le tengan la guitarra para el fin de semana y resulta que no las vienen a buscar hasta en tres semanas. Pero bueno, qué se le va a hacer…
¿Hay alguien que continúe con esta labor en San Antonio?
cada vez somos menos. Hay dos o tres que hacen esta pega, pero es algo que alcanza para darse vuelta nomás. Si uno tuviera una familia grande, no alcanzaría. Hay deudas por pagar y uno tiene que responde y si no hay trabajo, ¿qué se le va a hacer?
Creo que con el tiempo muchos maestros van a desaparecer. Eso es lamentable, porque es bonito que haya maestros como zapateros, mueblistas, sastres, porque también es parte de nuestra cultura y tradiciones. Pero no soy optimista, creo que con el tiempo, poco a poco vamos a desaparecer.

martes, 20 de abril de 2010

Ejemplo de nueva plantilla

Esta la bajé de http://xxxmaster-blogxxx.blogspot.com/2009/01/plantillas-blog.html

pueden chequear por otras opciones
atento

Panorama local


Cada vez que se presentan a la revisión técnica, los asientos y ventanas de los microbuses urbanos deben estar en perfectas condiciones

En las empresas de locomoción colectiva local el panorama es similar. Sus representantes y trabajadores han detectado a jóvenes que se dedican a causar daños, por lo general, son menores de edad que durante la semana son transportados en las máquinas.

Víctor Santibáñez, lleva más de 25 años trabajando en Nueva Buses San Antonio. Reconoce que este problema es de larga data, pero con la salvedad que antes se producían más rayados que destrozos.

“Este es un tema que viene de años, no es algo de ahora solamente, pero parece que en el ultimo tiempo se ha agravado en San Antonio. Con los cortacartones rompen el tapiz de los asientos o con agujas rayan las ventanas. Parece que es puro hacer maldad. Hay casos y casos; así como hay muchos escolares nos dan los agradecimientos por el servicio que les brindamos, hay otros que hacen desorden y cometen estos actos que sólo acarrean problemas. Es como en todas partes, para que estamos con cosas, no faltan los que se salen de sus casillas”.

¿Esto ocurre en toda la ciudad?

Hay sectores donde nos hemos dado cuenta que los muchachos se ponen más desordenados, por ejemplo en la parte alta de Llo Lleo o en Bellavista, pero no son los únicos. No les podemos echar la culpa sólo a ellos.

¿Quién pierde, el chofer o el empresario?

Aquí el que pierde es el empresario, el chofer debe asumir lo que le digan nomás, pero no puede hacer mucho en este sentido.

¿Se ha conversado este tema?

Se ha analizado este caso con los jefes de servicio, inspectores y choferes para ver qué se puede hacer, pero nos hemos dado cuenta que no es mucho. No hay solución, porque hoy podemos hablar con un colegio y explicar la situación por la que atravesamos, pero resulta que no se puede controlar a aquellos que causen problemas. No se llega acuerdos. No se puede decir qué personas son las que causan estos hechos.

¿Cuánto es el costo de las reparaciones?

Son altos, por ejemplo el cojín de un asiento cerca de 7 mil pesos el retapizado. Si estamos hablando de 10 asientos, eso va sumando. Además que una vez que se repara dura muy poco porque de inmediato vuelven a rayarlos. Uno nunca va a llegar a la raíz del problema

La voz de los choferes

La primera línea de este trabajo son los conductores de la locomoción colectiva de San Antonio.

Jaime Pino es un hombre que ha hecho su vida arriba de la micro. No por nada lleva 38 años en este oficio, donde ha tenido experiencias buenas y malas, en lugares complicados de Santiago y otros no tanto en la costa del Litoral Central.

Pino es una voz autorizada en el tema. “Mire, parece que en la parte alta de la ciudad es donde se dan más casos de daños. Los jóvenes cortan los asientos de maldadosos nomás, sólo por hacer daño. Por eso, cada cierto tiempo hay que arreglarlos. Llevo más de 38 años en este trabajo y me he dado cuenta que falta educación, cada día los jóvenes están mas rebeldes”.

Indicó que “he pillado a varios haciendo destrozos en la máquina y claro que la reacción no es de las mejores, poco más y me pegan. Ofenden e insultan, pero uno sabe que trabajar en esta pega es arriesgado. Uno se expone a muchas cosas y esta es una de esas”.

De la misma idea es José Jeria, de Buses Nuevo Amanecer. “En los últimos años se ha notado un aumento de destrozos considerable, muchos de los jóvenes no respetan las máquinas. Hay rayados, asientos rotos, pero es difícil enfrentar este asunto porque no hay muchas soluciones”.

“Como chofer uno ve que sube tanta cantidad de personas que no se da cuenta de lo que puede pasar. Hay algunos de loa alumnos de liceos que son muy desordenados y pueden causar problemas. Otros no, respetan y ceden sus asientos. Hay de todo”, indicó.

Agregó que los costos son importantes cada vez que se debe reparar los implementos. “Esto es caro y no se puede andar reparando a cada rato. No nos pueden dar una seguridad de que va a durar el arreglo si no se cambia la actitud de muchos los usuarios de la locomoción colectiva”.

Falta educación

Ulises González es un padre de familia que casi la mitad de su vida ha estado tras el volante de una micro. En el rol de jefe de hogar se encarga de educar a su familia en el adecuado comportamiento en el transporte urbano, pues vive en carne propia el día a día en el trato con los pasajeros.

“para los escolares esto es una moda. Rayan con sus grafittis, que sólo ellos entienden.

Cada día uno se encuentra con estos problemas, pero qué se les va a hacer. Cuano se les enfrenta son atrevidos, pero sabemos que no se les puede decir nada, para qué estamos con cosas, nosotros nos exponemos a mayores problemas si se les llama la atención”.

¿Por dónde pasa este problema entonces?

El problema es la mala educación, es una cosa de cultura y eso viene del hogar; si no se cambia esta actitud en la casa, el niño va seguir haciendo maldades donde sea, en el colegio, en la calle y en las micros.

¿Aumenta este problema con el inicio del año escolar en los colegios?

Así es, eso pasa todos los años, pero no es un problema sólo de San Antonio. Antes trabajaba en Santiago y me di cuenta que la cosa allá es más complicada, aquí falta sólo que empiecen a rayar las máquinas con pintura en spray. Anque a veces eso ha pasado en los terminales.

González cuenta que “uno no puede andar peleando con los pasajeros; al final, son niños, qué se le va a hacer. No puedo estar enfrentándolos. En mi caso yo educo a mis hijos. Hay que tener respeto. A lo más uno puede llamarles la atención, más allá es imposible. Los empresarios saben como es el trabajo, ven con sus propios ojos como es el comportamiento de los jóvenes y nos entienden que no podemos estar pendientes de todo: manejar, recibir el dinero, dar el vuelto, entregar los boletos y seguir las condiciones del tránsito”.

¿Podremos terminar algún día con este problema de conducta?

Muy difícil. Este es un problema que pasa en diversos sectores, no tiene que ver con el colegio, si es particular o no. Cuando los jóvenes entran en grupo muchas veces no tienen el mejor comportamiento. Además influye el sector, a veces hay problemas en Llo Lleo o Barrancas, pero en la plaza no pasa nada. Es curioso, pero api los jóvenes se comportan muy bien, esperan su turno, dejan pasar a los adultos primero y ceden el asiento a las personas mayores. No me explico por qué ahí se comportan bien y en otros lugares dejan la embarrada.

Parece que hay que tener paciencia nomás…

Hay que tener mucha. Tiene que gustarte esta pega o de lo contrario, vivirás enfermo de los nervios.

El eterno dolor de cabeza de la locomoción colectiva


Empresarios y choferes de micros en San Antonio sufren con los importantes gastos que periódicamente deben realizar para mantener las máquinas en condiciones adecuadas para prestar sus servicios


Es habitual conocer las críticas que se le realiza a la locomoción colectiva de San Antonio.

Que hay micros viejas, que no se encuentran en buenas condiciones, que los choferes no respetan a los pasajeros, que no cumplen los recorridos y un largo etc.

Pero esta vez nos queremos adentrar en un problema no tratado y que cada cierto tiempo genera una serie de importantes gastos económicos para los empresarios sanantoninos y es el dolor de cabeza de los conductores de micro.

Nos referimos a los destrozos y los actos de verdadero vandalismo que sufren las máquinas a manos de grupos de personas –jóvenes y otros no tanto- que entretienen durante los viajes destrozando y rayando asientos y ventanas.

Prácticamente no hay micro que se salve de estos hechos provocados por los propios pasajeros. No importa si es nueva o vieja, si tiene los asientos recién tapizados o ya tienen sus años, el asunto que es habitual encontrarse con rayados de tipo amorosos o nombres de aquellos que decidieron dejar su mensaje en ese momento. Para qué decir de los equipos favoritos, pareciera que los fanáticos de Colo Colo o de la Universidad de Chile también tiene su espacio de disputa en las micros locales.

A lo anterior hay que sumar esos tag o especie de firmas que utilizando un instrumento punzante se dejan en las ventanas.

En San Antonio, como al igual que en el resto del país, las micros se han transformado en un lienzo donde se escriben las más variadas declaraciones: desde amorosas hasta sociales.

Pero como hemos abordado en ocasiones anteriores, no sólo las micros son las que sufren sino también los paraderos, las señaléticas del tránsito y lamentablemente, los colegios.

Es moda o una forma de marcas su territorio. Lo cierto es que han pasado los años y este problema de mantiene. Hay raíces más profundas para su explicación, pero todas concuerdan en un punto: se trata de un tema de educación.

Verdadero problema

No es por estigmatizar a un grupo de personas de manera específica, pero las críticas apuntan a los escolares, quienes en grupo son usuarios de la locomoción colectiva local.

¿Qué puede hacer un chofer ante un grupo de 30 jóvenes con toda la energía?

Muy poco, lo que hace improbable que pueda controlar a aquellos que se dediquen a causar destrozos.

Eso bien lo sabe el presidente de la Asociación de Buses de San Antonio, Luis Hernández, para quien este tema es de muy difícil solución.

Nosotros hemos visto cómo los estudiantes rayan y destruyen los asientos, lo mismo que los vidrios. Lo que pasa es que casi siempre es lo mismo, rayan los espaldares de los asientos. El problema es que cuando uno va a la revisión técnica, no aceptan los parches en los asientos, hay que retapizar y son gastos importantes que muchas veces no están considerados por los empresarios”, señala.

Hay un punto importante donde el dirigente de los empresarios microbuseros de San Antonio hace un especial hincapié. “No le vamos a echar la culpa sólo a los escolares. No podemos decir eso, porque a veces se ven adultos que también causan destrozos. Es cierto que aumenta esta situación cuando comienza el año escolar, pero los jóvenes no son los únicos”.

¿Este es un tema que los complica?

Obvio que sí. Ud. sabe que la situación de la locomoción colectiva en la provincia no es de las mejores; además que la tarifa está a 200 pesos, imagínese el costo de la pana de una micro, así se complica más la cosa.

¿Hay ciertos sectores de la ciudad donde esto se agrava?

En todos los lugares es lo mismo. No vamos decir que todos los niños destruyen los asientos, sino que son sólo algunos que parece que los divierte el provocar destrozos ya sea en Llo Lleo o en Barrancas. En todos los lugares es por igual.

¿Qué pueden hacer los choferes?

La verdad que muy poco. Cuando el chofer va conduciendo no puede estar pendiente del comportamiento de los pasajeros; de ver si están rayando o causando destrozos.

¿Alguna vez algún pasajero ha hecho algo en esta situación?

No. Eso no se ha dado. Ni el pasajero les va a decir algo, porque hemos visto que muchos de los muchachos tienen un comportamiento que deja mucho que desear. Entonces es complicado que alguien se vaya a exponer a una reacción. Si pillan a un menor de edad haciendo un daño, no hay qué hacer. No podemos enviarlo detenido. A lo que apelamos es que las familias y los colegios pongan especial preocupación en este tema. Porque de ellos depende.

Aunque sea evidente, la educación es clave en este asunto…

Esto parte desde la familia. Los padres deben enseñarle a sus hijos que deben portarse bien en las micros, porque a la larga a todos nos sirve. La enseñanza manda en este sentido. Nos preocupamos de los escolares, que las micros salgan temprano para que los menores no lleguen atrasados a sus colegio. Siempre nos hemos preocupado de esto, por lo mismo esperamos que nos respondan de la misma manera y que se terminen estos daños.

¿Qué se le puede pedir a los jóvenes?

Que no hagan daño, porque a todos nos cuesta mantener las máquinas en buenas condiciones. Siempre hay reclamos por esto, pero la verdad es que es de muy difícil control, tendríamos que andar prácticamente con un cuidador arriba de cada micro.

miércoles, 14 de abril de 2010

Trabajo complicado, pero hay que hacerlo


Paola Chevasco, del Centro de Protección de Llo Lleo concuerda con el tema de la falta de responsabilidad de los propietarios de canes.

“Falta cultura en el cuidado de las mascotas. Acá se han dado muchas opciones para que los dueños operen a sus perras y así evitar el aumento de la población canina. No sabemos qué pasa que no hay respuesta. De esta forma las perras entran en celo, tienen sus cachorros y lo primero que hacen es venir a dejarnos los perritos acá. De hecho, un vecino cercano dice que nosotros somos un basurero de animales, porque toda la gente viene literalmente a botar sus mascotas. No hablamos sólo de perros de la calle.

¿Uds. como amantes de los animales están moralmente obligados a recibirlos?

Claro, no podemos evitarlo. Lamentablemente vienen a dejar muchos cachorros, algunos en buenas condiciones, otros enfermos y que contagian a los demás. Entonces debemos realizarles tratamientos médicos y eso es un gasto más.

¿Cómo está el tema de los ruidos, malos olores se han suavizado los conflictos con los vecinos?

Al principio teníamos problemas, pero estamos permanentemente tratando de evitar problemas a los demás. Utilizamos una cantidad increíble de cloro día a día, y si consideramos que son pocas las personas que nos colaboran, imagínese.

¿Cómo se puede colaborar con la institución?

Tras el terremoto quedamos muy dañados, se nos cayeron todas las panderetas de la parte trasera de la casa y por ahí salieron varios animalitos. Lo que necesitamos en estos momentos son materiales de construcción para proceder a levantar nuevamente esos cercos. Además siempre necesitamos artículos de limpieza: cloro, desinfectantes, alimentos para perros y gatos. Algunas personas nos han dejado pequeñas donaciones, hace poco estuvo María Eugenia Larraín que nos dejó algo de alimento, pero al mismo tiempo tras el terremoto hemos ayudado a vecinos –incluso de Cartagena- que tienen muchos animales y que les entregamos asesorías. A muchos le hemos repartido lo poco que tenemos. Somos la única protectora que tiene animalitos albergados. Es bien ingrato este trabajo, pero jamás hemos dejado de atender a los animalitos por falta de dinero.

Aumentan perros y gatos abandonados en San Antonio


Tras el fuerte movimiento telúrico las mascotas también sufrieron una serie de problemas de salud. Esta situación redundó en el creciente número de mascotas que circulan por las calles de la ciudad


Si bien el pasado terremoto fue un episodio traumático para los sanantoninos, no es menos cierto que para nuestras mascotas también lo fue.

Quizás a simple vista no se aprecien muchos de los síntomas, pero también experimentaron las sensaciones de temor que sentimos nosotros.

El problema se agrava aún más con aquellos perros y gatos que quedaron abandonados a su suerte o que simplemente fueron olvidados por sus dueños; se trata de una realidad difícil, pero que se da en nuestra ciudad y en otras partes del país, transformándose en un problema mayor que va más allá de una simple solución. Se trata de educar a la tenencia responsable de animales, evitar que anden sueltos por las calles, donde se pueden transformar en potenciales agresores de personas o de otros animales; eso sin olvidar la suciedad y parásitos que pueden generar y transportar.

Lo claro es que las mascotas al igual que nosotros sufrieron con el sismo, por lo que vale estar atento a los síntomas.

El comportamiento de los animales frente a una catástrofe natural es bastante típico. Reaccionan con inquietud, expresando temor, aullidos, etc. Además tienden a escapar, buscando lugares que den más protección, por lo tanto, debemos estar preparados, en todo sentido, con el fin de dar cuidado y protección a todo nuestro núcleo familiar, incluyendo las mascotas.

Si su gato o perro duerme poco, come mucho, está temeroso y pasa la mayor parte del día escondido y asustado lo más probable es que esté sufriendo los efectos del terremoto.

Tratar de generar un ambiente sereno para su fiel compañero y respetarlo si desea mantenerse aislado son algunas de las recomendaciones de la experta en comportamiento animal de la U. Andrés Bello, María José Ubilla.
Tras el megaterremoto del sábado 27 de febrero, las mascotas también comenzaron a resentir sus efectos: estrés, aislamiento e hiperactividad, entre otros. “Su intensidad dependerán de las características sicológicas y el lugar en que residen. Por ejemplo, los animales que tienen antecedentes de problemas de ansiedad y los que viven en edificios son los más afectados”, explica la especialista.
De acuerdo a la veterinaria, una mascota estresada tras el terremoto y sus replicas generalmente busca esconderse, puede ser debajo de la cama o en zonas altas, comen más o no tienen ganas de comer o suelen acicalarse con mayor frecuencia, especialmente los gatos y los perros.
“Los canes en particular presentan hiperreactividad e hipervigilancia, duermen menos y descansan muy poco, sobretodo con las numerosas réplicas que hemos tenido. Hay que tener especial cuidado con aquellos animales que estén perdidos, tras el terremoto, pues están muy asustados y poco tolerantes al contacto físico.

Consejos


Respetar si quieren estar aislados, pero preocuparse de llevarles agua y comida.
No obligarlos a salir.
Es bueno sacar al perro a pasear más de lo habitual. Es clave el contacto social: físico, verbal y táctil.
Contribuir a un entorno normal.
En caso de réplicas no sobreproteger al animal.
Como medida de seguridad, es necesario tener a mano la correa del perro o el arnés.
Si se trata de un gato evitar tomarlo en brazos y salir con él porque éstos se estresan, es mejor dejarlos en la casa.

Rodrigo Venegas, Licenciado en Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile, indica que los síntomas para detectar si nuestra mascota tiene estrés post terremoto: conductas inadecuadas a su comportamiento habitual como desórdenes alimenticios y en los hábitos del sueño, hiperactividad, agresividad, o incluso escapándose del hogar.

“Es la misma reacción al estrés asociado a un trauma, cambian su conducta habitual. Los gatos por ejemplo, se vuelvan más miedosos, no comen, rasguñan o dejan de hacer sus necesidades en su caja de arena. Es una alteración neurológica del tipo conductual.

Para la médico veterinario del Departamento de Medio Ambiente de la Municipalidad de San Antonio, Rosa María Romero, indicó que “Lo que se notó fue un aumento de reacciones sicológicas en los animales. Si nosotros nos asustamos con el terremoto, los animales también. Algunos de ellos se mostraron retraídos, otros salieron de sus casas y caminaron durante todo el día, tuvieron una actitud compulsiva. En aves por ejemplo, se notó un problema de postura, generada por el estrés vivido”.

De esta situación saben mucho los representantes del centro de recuperación de animales de Llo Lleo, pues han comprobado el aumento de perros vagos en la ciudad tras el sismo pasado.

La directora del establecimiento, Paola Chevasco, dijo que “estamos en este lugar hace 10 años, con una cantidad enorme de animalitos que vienen a dejar. La gente los deja y desparece, los tiran, vienen de noche o muy temprano en la mañana. Tras el terremoto llegaron seis perros, dos se dieron en adopción, los demás no se pudieron entregar. Lo que llama la atención es que son perros muy bien cuidados lo que demuestra que tuvieron un hogar, pero después de varios días nadie se ha preocupado de venir a buscarlos”, aseveró.

También dijo que en los últimos días se han visto más perros abandonados deambulando por las calles de la ciudad. “Siempre recorremos San Antonio y vemos que hay ciertos lugares donde se notan más perros en las calles. En Barrancas alto, hemos visto perros de diversas razas deambulando. Muchos se han refugiado en el sector de los ojos de mar, no sabemos por qué hay tantos animalitos que se reúnen ahí para refugiarse”.

Actualmente en el centro llolleíno se encuentran 24 perros y 14 gatos en recuperación, una labor complicada si se considera los limitados recursos que poseen.

Una cuestión de educación

Y aquí derivamos a otro tema que se torna de suma importancia en San Antonio: la tenencia responsable de las mascotas.

Así es, porque a la larga de los seres humanos depende que los animales (ya sean perros, gatos, aves u otros) estén bien cuidados. El terremoto en este caso actuó como un desencadenante de todo el estrés acumulado.

Si queremos que no hayan más perros abandonados en las calles de la ciudad, se debe comenzar por cuidarlos adecuadamente.

Sobre este tema ahonda la veterinario Rosa María Romero.

“A través del programa que tenemos en el municipio lo que se pretende es fomentar la tenencia responsable, enseñar que tener una mascota implica grados de responsabilidad con la familia y el nuevo integrante a quien hay que tener en buenas condiciones. Un propietario responsable va a saber que un perro no debe andar suelto en la vía pública, pues puede hacer destrozos, se va a ir a las basuras, va a hacer su necesidades biológicas en la calle, va a pelear con otros animales, puede atacar a otras personas”, indicó.

¿Cuál es la solución entonces?

Esta pasa por las personas, porque entiendan la responsabilidad que implica tener un animal en sus hogares.

¿En San Antonio falta cultura en ese sentido?

Lamentablemente este es un problema país. No existe la cultura de tener en forma adecuada un animal, que el perro esté en mi propiedad, no suelto en la vía publica.

¿Cuál es la labor que cumplen Uds. en ese sentido?

Bueno, nuestra labor no se entiende mucho. Una de nuestras acciones es la notificación a los propietarios que dejan a sus perros sueltos en la calle. Salimos a la calle, vemos muchos perros abandonados y cuando se le indica la responsabilidad a los vecinos, surgen una serie de excusas. Nuestra labor es educar; por lo mismo, les señalamos a los dueños de estos perros que existe una norma que están quebrantando. Ahora si Ud. es reincidente en la materia, el caso va al Juzgado de Policía lLocal, y allí se verá la gravedad de la situación.

martes, 6 de abril de 2010

Tarea de largo aliento


Retirar todos los escombros no es una cosa menor, Cuesta hacernos una idea, pero basta decir que según cálculos de la Unidad de Escombros del municipio, deberán emplearse recursos por 104 millones 760 mil pesos y al menos un año para dejar todo como estaba antes del 27 de febrero.

Nada menos.

Rafael van Gein, director de Aseo y Ornato, explicó el trabajo realizado hasta esta semana “Hay que reconocer que trabajamos desde el mismo sábado de la tragedia. Formamos equipos con voluntarios y de inmediato se pusieron al servicio de este departamento para sacar los escombros que estaban en las zonas céntricas y que imposibilitaban la normal circulación de las personas. Momentáneamente quedamos sin recursos, hay sectores que faltan, pero personalmente me he preocupado de coordinar lo equipos para cuantificar los trabajos a realizar. Sabemos los sectores que faltan, y cuantos recursos necesitamos apara eso. Muchas personas hasta el día de hoy sacan sus escombros, porque no tienen los recursos para reconstruir; entonces, no han eliminado sus cierres perimetrales con problemas y de seguro los botarán más adelante. La idea es que de una u otra manera vamos a tener lo recursos para seguir con esto”.

¿Qué gestiones realizan?

Todas las posibles. Hemos tenido contactos con el gobierno regional, la Subdere, Intendencia. De alguna forma se conseguirán los medios para continuar. Esto ha sido la primera etapa, pero deben venir otras, ya que con lo que hemos realizado, sólo abarcamos cerca del 20 por ciento de los escombros que se deben retirar de San Antonio.

Con esta situación los vecinos deberán dejar sus desechos en cualquier lado… Están claros con que el panorama se va a complicar…

Es lo más probable, pero los vecinos no pueden dejar sus cosas en cualquier parte; ni menos las basuras porque contaminan los escombros y ya no nos servirán. La idea es que no lo hagan. Quienes tengan los medios o vehículos pueden dejar los restos de áridos en la ribera sur del río Maipo. La única condición es que los dejen ordenados, nada más. Este en un trabajo de largo aliento, esperamos que la ente no se desespere. Estamos hablando de una ciudad de unos 90 mil habitantes con casi 28 mil viviendas, por lo que la labor no es menor.

¿A dónde van a dar los escombros que ustedes retiran de las calles y barrios de San Antonio?

Buscamos reutilizar los escombros aprovechándolos para mejorar taludes y para reforzar la ribera sur del rio Maipo. Los escombros áridos que hemos sacados los depositamos en ese lugar para crear una barrera de contención contra posibles salidas del río. El escombro contaminado se va a vertedero con la ayuda de la empresa Vicmar que también dispone de camiones para esa labor. Y allí también son reutilizados porque allí se ocupan en el reforzamiento de las carpetas de rodado al interior del recinto. La idea es que estos escombros se aprovechen de la mejor manera. Agradezco a los medios de comunicación, porque nos han permitido informar de los trabajos que estamos realizando, de esta forma los vecinos nos pudieron colaborar, primer sacando sus escombros en forma ordenada, separando en origen y luego acopiándolos de forma adecuada para que las vías de circulación no se vean afectadas.

Preocupación

Silvana Martínez estuvo en terreno retirando escombros de las calles con sus propias manos. Ella vio en directo la preocupación de los vecinos porque esta importante labor se vea terminada.

“Es algo complicado porque todos quieren que saque su basura primero. El problema es que tu pasas por una calle, limpias y después vuelves a pasar y otra vez hay más escombros. La gente va retirando sus desechos de a poco. Primero comenzaron con los muros externos, pero ahora están sacando lo del interior de sus casas; entonces el tema sigue y sigue”.

¿Esto dará para largo?

Yo pienso que esto tomará mucho tiempo.

¿Qué pueden hacer los vecinos?

Ahora mucha gente está botando sus escombros en sitios eriazos; pero eso no está permitido. Los que puedan llevar sus materiales que fueron destruidos pueden hacerlo al sector del río Maipo donde se están acopiando los escombros. Además hay mucha gente al borde del río que necesita escombros para rellenar sectores cercanos a sus casas y tener sus patios de nuevo. El problema es que el gasto tendrá que asumirlos los privados y no es barato.

La ruta de los escombros


Por falta de recursos el municipio no podrá seguir haciéndose cargo del retiro de los desechos de las calles de la ciudad. El problema no es menor si se considera que en esta primera etapa, la Dirección de Aseo y Ornato ha abarcado el 20% de todos los materiales destruidos tras el terremoto del 27 de febrero. Paciencia parece ser la clave mientras se espera que se reactive el proceso


Cuando ha pasado más de un mes del terremoto del 27 de febrero, las cicatrices aún se perciben en algunas de las construcciones de San Antonio.

Son una especie de recordatorio de la fuerza de la naturaleza que una y otra vez llevan a la memoria aquella noche en la que culminaba el verano y en que la tierra se movió con fuerza dejando al descubierto toda nuestra debilidad.

Los sanantoninos hemos recuperado nuestra rutina diaria, vamos al trabajo, al colegio, pagamos nuestras deudas y tomamos la misma micro o colectivo que nos deja cerca de la casa.

Parece que volvemos a ser los de antes.

Pero hay algo que nos hace recordar el movimiento telúrico. Algo que cada vez nos retrotrae como una especie de deja vu en nuestra memoria.

Son los escombros.

Los restos de cierres perimetrales, de paredes, de casas que se vinieron al suelo y que se resisten a desaparecer de nuestras calles y veredas.

El problema es complejo. Según cifras de la Municipalidad de San Antonio, retirar todos los escombros de las calles de nuestra ciudad implica un costo de más de 100 millones de pesos. Obviamente, estos recursos no estaban en ningún presupuesto.

Y parece que los escombros deberán seguir ahí, porque en el municipio local ya informaron que no se dispone de dinero para concluir con las obras de despeje.

Por lo menos hasta nuevo aviso.

El comunicado dice así: “Muy a su pesar, la Municipalidad de San Antonio informó que no podrá seguir haciendo demoliciones en casos más graves ni retiro de escombros en las calles y barrios de la comuna por la falta de recursos financieros. El comunicado oficial sintetiza versiones entregadas por los encargados de ambas acciones post- terremoto desplegadas por el municipio porteño a pocas horas del golpe de la naturaleza aquel sábado 27 de febrero pasado. Javier Navarrete Artigas, encargado de la Oficina de la Vivienda, unidad que debió asumir la tarea de demoler los inmuebles de mayor riesgo cuyos propietarios no podían hacer y retirarle sus escombros desde el interior, informó que las cuadrillas de apoyo trabajan sólo el miércoles 31 de marzo”.

“De esa decisión, lógicamente forzada por la carencia de recursos financieros, se comunicó a los demás estamentos municipales para que dejaran de enviarle casos requiriendo su ayuda en ese sentido. Por otro lado, la Dirección de Gestión Física del municipio sanantonino informó que su tarea de retirar escombros desde calles céntricas de las ciudades y de las diversas poblaciones del territorio comunal concluirá el jueves 1 de abril”.

“Christian Ovalle Lyon, director de esa unidad, explicó que lamentablemente no se puede hacer más porque no se ha obtenido recursos económicos externos que financien la continuidad de esa labor que se estaba haciendo con 5 equipos de trabajo formado por personal municipal, del Ejército y de la empresa Vicmar más apoyo de maquinarias y camiones especiales. “La última jornada será el jueves 1 de abril y desde allí sólo se retirará escombros en casos muy puntuales y según sea la disponibilidad de recursos humanos y maquinaria de la empresa Vicmar, encargada del aseo de la comuna, que nos hace esa labor sin cobrarnos un peso”, recalcó el personero.

Clarito

Vecinos

Esta medida obviamente no fue recibida con los brazos abiertos por los vecinos que se vieron afectados por la destrucción.

Una cruda realidad vive por estos días el matrimonio de Miguel Vergara y Edith Salgado.

Su casa de calle Providencia en Llo Lleo en la que habían invertido parte importante de sus dineros logrado en una vida de trabajo, quedó con serios daños que obligaron a su demolición. Se irán al suelo paredes de historia familiar, lo mismo que sus sueños.

La situación se complica si se considera que ambos sufren problemas de salud, por lo que reciben pensiones que bordean los 70 mil pesos mensuales. “La casa se partió entera, tiene un decreto municipal para su demolición. Los costos los tenemos que asumir nosotros y son altos. Por eso los escombros que resulten de esto los tendremos que dejar aquí mismo nomás. Imagínese que un camión nos cobra 100 mil pesos por cada viaje para botar los restos. Si se hacen diez viajes, estamos hablando de un millón de pesos sólo en eso. ¿De a dónde? Los pocos recursos que podamos tener tendremos que ocuparlos en levantar una mediagua donde poder vivir”, dijo Don Miguel.

Edith Salgado se muestra preocupada por el desamparo en que se encuentran. “Recurrimos a todas las instancias para que nos ayuden, para que nos cooperen. Somos discapacitados, recibimos una pensión muy baja, tocamos muchas puertas, pero no hay ninguna posibilidad. No están los medios para tendernos una mano”, cuenta con resignación.

Explicó que en el municipio no los pudieron ayudar por falta de recursos; por lo que ahora deben extremas sus dineros para salir adelante. “Lo que podamos tener tendremos que ocuparlos en reconstruir. Si pedimos un crédito será para levantarnos de nuevo, no vamos a poder gastar plata en retirar los escombros”.

Miguel Vergara explica que “hemos pensando incluso en llamar al Presidente Piñera para que vea la realidad de muchas personas en San Antonio. Nosotros estamos muy afectados y aquí hay familias que están peor aún. Imagínese. Estamos arrendando una casa, que sale muy cara, pero qué se le va a hacer, hay que vivir en algún lugar”.

Buen trabajo

Juan Carlos Rojas, vecino de cerro Arena, también se vio perjudicado por el terremoto, pero explica que no sufrió daños mayores. En todo caso los escombros que resultaron del sismo, los trasladó a un sitio eriazo, como una medida rápida para enfrentar la situación.

“Quizás no era la mejor medida, pero algo había que hacer. Vi el trabajo de la Dirección de Aseo de la municipalidad; es bueno que limpien porque se estaba viendo muy desordenado el sector. La gente estaba botando cosas en cualquier lado y se pueden meter en problemas. Es una lástima que se termine le retiro, porque aún quedan muchas cosas en las veredas. La gente está alegando porque se han demorado mucho. No culpo a la municipalidad porque quizás no tiene recursos, pero hay molestia”, indicó.

Claro que explicó que “hay gente y gente. A nosotros no nos pasó nada, pero hay otros a quienes se les cayeron los cercos y no tiene dónde dejar esos restos”.

lunes, 5 de abril de 2010

En la costa del epicentro


Carlos Pacheco es amante del surf. Está acostumbrado a vivir en la cosa, con el rostro de frente al mar.

Por lo mismo, conoce bien las playas de la costa donde se verificó el epicentro del terremoto y comprobó en terreno cómo la naturaleza golpeó fuerte a las familias que residen en esos lugares.

Recorrió Peyuhue. “No hay palabras para explicar la magnitud de la devastación. El preguntarse el por qué a nosotros. También preguntarse cuánto demorará la reconstrucción de todos estos hermosos lugares que algún día albergaron al turismo nacional y extranjero. Nunca antes había vivido algo así. Donde algún día hubo casas hoy sólo quedan los vestigios de un mar que arrasó con todo lo que se cruzó por delante. En un momento un perro se me acercó, en su mirada se reflejaba el terror de lo vivid. Vi muchas personas que buscaban en los escombros algo que le hiciera recordar dónde quedaba su casa”.

Indicó también que “después me adentré 10 kilometros al sur de Peyuhue, casi en el epicentro del sismo. La devastación del maremoto es ha simple vista una tragedia enorme, casas destruidas y desiertas, vehículos hechos pedazos. La gente aún estaba temerosa y el mar en su lugar como si nada hubiese sucedido. En el lugar hubo 20 muertos y 5 desaparecidos; es algo dudoso, pues pueden ser más. La psicosis persiste entre los vecinos, las réplicas son frecuentes y las autoridades hacen ensayos de simulacros cuando ya la catástrofe principal se dejo caer. La negligencia por parte de los organismos encargados superó toda expectativa. No quiero decir que estos ensayos no se hagan; al contrario, debieran estar en nuestra cultura. Somos un país que en su historia ha sido afectado por maremotos y terremotos. Creo que falta una capacitación de tecnologías de medición tanto en el mar como en tierra. No es posible que den una alerta de un posible maremoto en el idioma universal y el receptor no sepa interpretarlo. Se jugó con la vida de cientos de compatriotas que dormían y al momento de hacerse realidad el fenómeno, no supieron cómo reaccionar. Empecemos a culturizarnos, somos un país sísmico. Más cultura sobre estos eventos de la naturaleza, para saber qué hacer cuando se presentan y que no vuelvan a suceder tantas muertes”.

Ayuda

Pero también en su recorrido por medio de la devastación, Carlos Pacheco comprobó cómo la gente tiende una mano solidaria para ir en ayuda de los demás.

“En Curanipe vi como la gente se agrupaba en torno a ollas comunes. Lo que pasa es que como la devastación era tan grande, no había donde comprar algo. No había nada, así es que los vecinos se unían y compartían de una u otra forma lo que tuvieran. Muchas de estas personas se dedicaban a la pesca y a la actividad turística, de eso no queda nada. No había llegado ayuda mientras estuve allá. Creo que una semana después recibieron algo de comida de parte del gobierno, pero antes nada”, dijo.

“Yo también ayudé en Cauquenes a sacar escombros de las casas. Ocurre que la gente no tenía los medios para sacar sus cosas y en esas circunstancias todos debíamos ayudar y la gente tendía una mano. Fíjate, que pese a la destrucción, la gente después buscó hacer su vida normal. Eso me llamó la atención”, aseveró.

Testigos de la catástrofe y de la esperanza


Si bien ha pasado casi un mes de la tragedia que azotó a gran parte del país, hay testimonios que evidencian la fuerza de la naturaleza, pero a la vez dan cuenta de la solidaridad de los chilenos en los momentos de mayor dolor

Cristian Pezoa y Nancy Pereira tenían muchos planes para disfrutar de unos cuantos días de descanso en la localidad de Cauquenes, en la VII Región.

Había trabajado duro durante el año y a finales de febrero pensaban que ya era hora de tener unos momentos para ellos, para compartir con la familia y para “cambiar el slip” del día a día en el trabajo.

Por eso se prepararon con tiempo.

Aquel viernes 26 de febrero trabajaron con normalidad, terminaron a tiempo, arreglaron sus cosas en su auto… Todo listo y dispuesto y a eso de las 20 horas emprendieron rumbo al sur por la Carretera de la Fruta.

Fue un viaje tranquilo -como el que muchas veces habían realizado- y como a las 12.45 de la noche llegaron a su destino.

Tranquilamente saludaron a sus familiares, bajaron sus cosas, se acomodaron y compartieron anécdotas mientras veían una de las últimas noches del Festival de Viña.

A eso de las 3 de la mañana el cansancio pudo más y decidieron irse a la cama para entregarse a los “brazos de Morfeo”.

Estaban en eso, apenas unos minutos pensando en el panorama del día después mientras cerraban los ojos, cuando la tierra empezó a temblar.

Cada vez con más fuerza.

¡Terremoto! Dijeron

Y cada uno de los familiares buscó el lugar más seguro para pasar ese momento. Unos bajaron del segundo piso buscando la salida mientras las cosas caían con un ruido estrepitoso,

Otros quedaron en sus habitaciones a la espera que todo pase.

Destrucción.

¿Qué pasó? ¿Qué hacer? Fue lo primero que se les vino a la mente, mientras se enteraban de lo que había sucedido en Cauquenes. ¿Cómo estarán las hijas en San Antonio? Fue otro motivo de preocupación.

Por lo pronto, Cristian y Nancy comprobaron que ellos y sus familiares estaban bien, luego vendría lo demás.

Con las primeras luces del día comprobaron la destrucción del barrio, más tarde en un recorrido pudieron comprobar la fuerza destructora del sismo.

“Literalmente Cauquenes quedó en el suelo –cuenta Cristian- Hay muchas casas antiguas de adobe que se vinieron abajo, escombros por todos lados, gente gritando, pidiendo auxilio, autos acelerados de un lado para otro… Un caos total. Fue terrible vivir en esas circunstancias el terremoto. Nadie sabía qué hacer. Lo primero, ver si estábamos bien, luego, tratar de rescatar algunas cosas de la casa”.

Su esposa Nancy Pereira dice “fue una cosa tremenda, todo en el suelo. Además el miedo de la gente se sentía. Después fue peor porque empezaron a llegar las personas que estaban de vacaciones en Peyuhue y Curanipe, se formaron largas filas en las bencineras. Todos querían cargar bencina e irse de inmediato. Contaban que se había salido el mar, que había muchos muertos… No lo podíamos creer. En realidad no podíamos entender lo que había pasado, eran las primeras noticias que teníamos de lo ocurrido. Nosotros teníamos pensado ir ese mismo sábado a Pelluhue. Nos dijeron que el lugar donde teníamos reservaciones, ya no existía, que se lo había llevado el mar. Todo nuestro panorama se vino abajo en un par de horas”.

La desesperación de la gente fue lo más impactante. “Los autos iban de un lugar a otro. La gente se agolpaba en las estaciones de servicios, en los supermercados y en las panaderías. Había una desesperación tremenda. Pánico en realidad. Todo se veía agravado al ver la cantidad de construcciones en el suelo. Edificios importantes de Cauquenes estaban con tremendos daños. La municipalidad, el cine, correo, mercado, hospital, todo en el suelo”, dice Cristian.

Lugar para la solidaridad

En medio de todo este desastre cerca del epicentro del terremoto, también hubo espacio para la solidaridad, para el reencuentro con los vecinos, para tender una mano.

“Después del terremoto se escuchaban gritos de personas que habían quedado atrapadas en sus casa, no podían salir. Otros aplastados por los muros. La gente salió a las calles y de inmediato se puso a ayudar, a ver qué podían hacer. En medio de todo eso, funcionarios de bomberos, Carabineros y de la PDI recorrían las calles tranquilizando a la gente e informando de lo ocurrido. En ese sentido, fue muy importante su ayuda. A mi me tocó saber de personas que quedaron atrapadas en sus casas y hubo que ayudarlas”, cuenta Cristian.

Nancy por su parte señala. “Mi hermana tiene un almacén y como no había servicios básicos, regaló y repartió a la gente parte importante de la mercadería. Se tenía que hacer eso porque había personas que no tenía nada. Nos tuvimos que dar ánimo y coraje entre nosotros, más aún cuando siguió temblando toda la noche y el día sábado. También en la noche andaba personal de Gendarmería buscando a los presos que se habían escapado de la cárcel de Parral, fue una noche terrible”.

“En medio de esas oscuridad hubo muchas muestras de unión. Vecinos que no se conocían cobijaban a otros, se ayudaban para ver qué se podía hacer. Hubo solidaridad” contó Cristian Pezoa.

Con la tranquilidad que dan los días después de la tragedia, Nancy Pereira se toma las cosas con humor. “Habíamos planificado tanto esos días de descanso. Pero esto no significa que mi marido me saca a pasear sólo para los temblores (ríe con ganas). Esto nos tocó justo nomás. Fue mala suerte”.

jueves, 1 de abril de 2010

La voz de especialistas

Pero volvamos a la “radiografía” que tomó el equipo de la UNAB en San Antonio.

El director de la carrera de Arquitectura del establecimiento, Juan Mastrantonio, indicó que “la Escuela de Arquitectura Matriz de la UNAB, establecida en Santiago, tenía desde un tiempo anterior, un convenio de cooperación que facilitó el aporte de profesores y estudiantes de la Facultad; la que tiene también una sede en Viña del Mar”.

¿Qué equipo participó en esta actividad.

Participaron dos profesores de Santiago con quince estudiantes y un profesor de la sede Viña del Mar con tres estudiantes titulantes y dos que viven en la comuna de San Antonio que están en cursos de tercer nivel.

¿Dónde se centró el accionar del equipo de la Universidad Andrés Bello.

Dirigidos por la Secplac; la Dirección de Obras Municipales y un equipo coordinador voluntario formado por profesionales ingenieros, constructores y arquitectos, dirigidos por el constructor Patricio Pinto, una gran persona, nos concentramos en la parte alta de Barrancas y Llo Lleo.

¿Qué fue lo más complicado que vieron?

Creemos que lo más "inesperado", más que complicado, fue constatar, una vez más, la fragilidad del sistema social, donde los problemas físicos son sólo una seña que deja al descubierto el terremoto. Esto no es una característica de esta comuna, sino de todas las comunas menos validas de nuestro territorio nacional.

¿Qué reacción vieron de parte de las autoridades locales?

El municipio de San Antonio acudió a la catástrofe de la manera más versada que me ha tocado acudir en casos como éstos. En primer lugar, atendió a cada una de las viviendas y edificaciones, diagnosticando el estado físico y social, lo que constituye un sistema de información exhaustivo, el que es un requisito indispensable para responder con los instrumentos existentes y/o por diseñar, para resolver los tipos de problemas de las edificaciones y las necesidades sociales de todos los habitantes, causadas por el terremoto o puestas en descubiertas por el mismo, sistema informático diseñado con las variables mínimas e indispensables para priorizar una ayuda apropiada.

Realizaron esta actividad con motivo de estudio, ¿o alguien los puede contactar para hacer una evaluación de daños en un edificio privado?

En una última etapa acudimos a casos puntuales de demanda específica en el sector de Llo Lleo que requerían una segunda inspección.

¿Han realizado esta experiencia en otras ciudades?

Hemos apoyado también al municipio de Viña del Mar y también al de Valparaíso, al que seguiremos prestando atención durante un tiempo más prolongado, según nos sea solicitado.

¿El terremoto les ofrece una oportunidad única para estudiar el comportamiento de las edificaciones?

Lamentablemente sí. Pero también nos hace dirigir una mayor atención a los problemas sociales que devienen en daños físicos ante terremotos o simples temporales.

La construcción irregular, que la norma no permite, es un fenómeno socio-territorial que no debemos desconocer. Ese tema es un campo de reflexión propio de la universidad. Las meras normas no pueden impedir la ocurrencia de los fenómenos naturales ni menos los culturales. Una incongruencia a resolver humanamente. La Universidad es la institución, a cargo mayor, en la inoculación de cultura a la sociedad.

En tanto, el estudiante Ricardo López Jaque indicó que “actualmente estoy preparando mi examen de título. Acudí como voluntario a esta actividad. La Municipalidad de San Antonio nos dividió en varios equipos y me impresionó la actitud positiva de los afectados y lo agradecido por nuestra labor. Las autoridades tuvieron una reacción muy buena y una excelente disposición. Creo que la mayoría de las obras de calibre son recuperables, se deberían reestudiar los estándares de calidad dando énfasis a los suelos”.

Para el alumno de la UNAB los sectores más afectados fue la población –socialmente hablando- de menos recursos. “Me impresionó ver en el suelo toda una vida de trabajo. En mi caso sólo quise poner a disposición de la ciudadanía mis conocimientos y mi experiencia en obras, además me gusta ayudar a los sectores desprotegidos. Este sismo sirve de experiencia. Aunque debo agregar que mi seminario de título apuntó a construcciones de adobe que es de lo que conforma la mayoría de las edificaciones, por lo que deberíamos hacer una crítica a ese tipo de edificaciones para poder mejorarlas”.

Radiografía al estado de los edificios de San Antonio


La evaluación de los profesionales y estudiantes de la Universidad Andrés Bello es clara y dejó en evidencia la fragilidad del sistema social de edificación de viviendas. El ejemplo del grupo de torres de Villa del Mar fue claro. Allí se concentraron los mayores daños, por lo que se corrobora la tesis de la demolición


El movimiento sísmico del 27 de febrero pasado nos movió el piso a todos.

Desde el interior de cada persona hasta las bases más sólidas de las viviendas de San Antonio se vieron remecidas a las 3.34 horas.

Panderetas en el suelo, casas destruidas, calles con grietas, etc. Fueron sólo algunos de los vestigios que quedaron tras el terremoto.

Han pasado tres semanas desde aquel día y las imágenes que todos vimos siguen dando vueltas en nuestra cabeza; demás está decir que en la televisión la magnitud de la tragedia quedó en evidencia, enrostrándonos que en nuestra ciudad, los efectos fueron de menor magnitud.

Pero pueden decir lo mismo los vecinos de las torres de Villa del Mar, que en una noche vieron truncados sus sueños debido a los serios daños sufridos en los edificios, lo que obligó a su evacuación.

De hecho, muchos de ellos permanecen habitando en carpas en la multicancha del sector.

O qué piensan los propietarios del moderno edificio Don Enrique que tiene evidentes grietas en sus pilares.

Lo cierto es que decenas de inmuebles se vieron seriamente afectados, por lo cual la Municipalidad de San Antonio, realizó un catastro y ya dio su veredicto ante una serie de edificios que se presentan como un peligro para la comunidad.

Aproximadamente 22 son las construcciones que deben ser demolidas totalmente y otros en forma parcial.

Cuatro edificios del centro de Llo Lleo no salieron bien parados de este diagnóstico y deben ser demolidos

El edificio Restaurante ubicado en avenida Providencia #0296 esquina Vicuña Mackenna. Sus vecinos destacan que el lugar no estaba en condiciones de ser ocupado desde hace un tiempo, pero que con el fuerte sismo se terminó de caer.

Ubicado en pleno centro de Llo Lleo, en avenida Providencia 175 se encuentra un edificio que alberga locales comerciales y departamentos, el cual deberá ser destruido. En Inmaculada Concepción 329, el establecimiento de juegos correrá la misma suerte.

Emblemático para la comuna es el caso del edificio Don Enrique, que inaugurado en 1996, no resistió el movimiento telúrico.

En nuestro diario hemos dado amplias informaciones respecto de lo que sucede con el edificio del Centro de Justicia que tiene daños estructurales. Según lo señalado por el director (s) de Obras de la Municipalidad de San Antonio, Armando Sabaj. “Encontramos daños estructurales y no estructurales. En lo estructural tenemos, por ejemplo, el encuentro de una viga con un pilar con daño, pilares de la fachada oriente en varios pisos, losas de escala con problemas de conexión con las losas de entrepiso, en el ala sur grietas en muros, el muro de contención en la parte oriente del edificio muestra inclinación que provoco problemas en calle Luis Emilio Recabarren y problemas en las casas. También hay daños no estructurales en cielos, muros, ductos de calefacción ventilación, ascensores. El edificio no puede ser todavía utilizado”, dijo.

Evaluación

Ante esta situación, el municipio de San Antonio se puso en alerta y reactivó el contacto con la Facultad de Arquitectura de la Universidad Andrés Bello (UNAB) –vigente desde el año 2005- para que especialistas docentes y estudiantes de dicho centro de estudios superiores realizaran un catastro y evaluación de daños en las principales áreas de nuestra ciudad.

De esa manera se constituyó un equipo de expertos y alumnos, quienes trabajaron en terreno, especialmente en Barrancas alto y Llo Lleo alto a cargo del director de la carrera de Arquitectura, Juan Mastrantonio.

Como decíamos al inicio de este tema, su informe dejó en claro la debilidad en la construcción de los edificios de Villa de Mar, cuya situación quedó en evidencia al constatar en terreno los serios daños en sus pilares.

Esta situación es desesperante para las 296 familias damnificadas del sector, quienes han realizado diversas manifestaciones durante esta semana para poner en análisis su situación.

De inmediato el nuevo gobernador Mauricio Araneda determinó la entrega diaria de 27 viviendas básicas de 18 metros cuadrados para las familias más necesitadas.

Sin duda una medida necesaria para aliviar la situación.

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