Sin duda un golpe fuerte que no se esperaba para nada. Si bien sabía que el trabajo del hombre era complicado y arriesgado, no pensó que sus días podían terminar de esa manera.
Hoy cuenta que está poco a poco saliendo adelante, lo cual no es fácil porque era parte importante de su vida y hacían todo juntos.
“El era muy conocido en el sector donde vive en la parte alta de Bellavista y muy querido por los vecinos. Para mí fue una pérdida tremenda, más aún cuando no pude velarlo. Cuando me avisaron no lo quería creer, pensaba que era un trabajo seguro y cerca de la casa, aunque a veces igual me preocupaba por los riesgos que podía correr. El había tenido dos accidentes, nunca había llegado a mayores, ni siquiera pedía licencia”, indica.
Así las cosas hoy al ver el mar de San Antonio, lo ve con otros ojos. “Me da miedo. Ahora quedé sola, era mi pareja y compañero, pero debo seguir adelante.

No hay comentarios:
Publicar un comentario