miércoles, 20 de mayo de 2009

Disfrutando de la tercera edad


Para muchos la imagen de los adultos mayores es la del viejito que pasa sus días en la tranquilidad de su hogar, disfrutando de sus horas haciendo las cosas de la casa o viendo televisión. 

Quizás eso es lo que muchas personas creen, pero en San Antonio hay grupos organizados de personas mayores que se

 pusieron de acuerdo para hacer cosas entretenidas, aprender una manualidad, compartir con otras personas de su misma edad e intereses, conversar o simplemente para salir de la casa y buscar nuevas amistades.

Salir de la rutina del encierro en casa, de los platos, de la cocina.

Muchos ya criaron y ahora es turno de ellos.

Si hace un siglo atrás el índice de vida de los chilenos no superaba los 60 años, hoy la realidad es muy distinta y la esperanza de vida al nacer ahora es de 73 años para los hombres y 77 para las mujeres, según lo estimado por el Instituto Nacional de Estadísticas- INE.

En Chile, más de un millón y medio de habitantes se encuentran en el rango denominado adulto mayor, ello es sobre los 60 años.

Pero qué se puede hacer cuando no se tienen los recursos para hacer grandes cosas: organizarse.

Y eso es lo que hicieron los 33 socios del taller del adulto mayor “Purísimo Corazón de María” que residen en la parte alta de Bellavista.

Ellos asisten periódicamente a la capilla del mismo nombre ubicada en la población Las Bodegas, así se conocieron y buscaron la forma de tener su propio club

Con su personalidad jurídica en ciernes, el grupo ha salido adelante y todos los lunes, desde las 15 horas se reúnen en el salón de la capilla para compartir.

Todos ha salido de a poco, por eso la monitora Cecilia Riveros, cuenta que “se están haciendo algunas cosas. Yo me he encargado de hacerles algunas manualidades, de hecho ahora hemos realizado trabajos para el Día de la Mamá que serán entregados en la misa de domingo a todas las mamitas que lleguen a la capilla”.

Y les ha dado resultados, sólo basta ver el entusiasmo con que trabajan. Parecen niños con una actividad entretenida que realizar.

“Es que muchas de ellas estaban encerradas en las casas. Ya criaron ya algunas abuelitas estaban solas, con la necesidad de hacer algo que no fuera en la cocina. Por eso vienen para acá y lo pasan muy bien, se ríen, cuentan chistes y se hace algo para sus casas. Son pocos los recursos que tenemos por ahora, pero esperamos que pronto con nuestra personalidad jurídica podamos optar al apoyo de otras instituciones como el municipio”, señala. 

Muchas ganas

Con ese mismo entusiasmo asumió la presidencia de la organización Emilia Ibáñez. “Para nosotros esto es muy importante, ya que podemos tener más amistades. En mi caso me sirve como una terapia, ya que sufro de epilepsia y arritmia cardiaca. El doctor me dijo que realizara alguna actividad, que no me encerrara en la casa; así es que esto me hace muy bien”.

Cuenta además que “una se siente útil aquí, muchos son mis vecinos y ahora también son mis amigos”.

Carmen Gatica trabajó toda su vida. Ahora tiene una pensión, por lo que vive tranquila junto a su marido y su hijo. Con muchas ganas ha volcado sus energías en esta nueva organización que le ofrece más oportunidades de crecimiento en lo personal.

“Siempre quise hacer algo distinto, para no estar siempre en la casa sola viendo televisión. Viniendo a misa conocí a muchas personas y de ahí nació esta idea. Ahora soy la tesorera y esperamos hacer muchas cosas juntos”, cuenta.

La señora Carmen hace poco tuvo la oportunidad de viajar al sur del país y a Argentina en un viaje de la Caja de Compensación La Araucana, algo que la dejó muy motivada. “Nunca había salido más allá de San Antonio y Cartagena. En ese viaje me di cuenta que no es imposible que pudiéramos salir a otros lugares. Con este grupo pensamos hacer algunos paseos… No tiene porqué ser lejos, por aquí nomás, pero ya el hecho de salir es muy entretenido. Así es que estamos con mucha energía”, dice.

 Organización

El taller del adulto mayor “Purísimo Corazón de María” tiene mucho entusiasmo por surgir. Por lo pronto se organizan con pequeñas rifas internas y colectas entre los socios para reunir los recursos que les permitan hacer sus manualidades. “Vamos poco a poco, pero porqué no pensar en reunir alguna platita para ayudar a alguna socia que esté en problemas… Eso sería muy lindo y creo que lo podríamos lograr”, señala Cecilia Riveros.

“Nos reunimos también para tomar tecito. A veces se hacen sopaipillas, en otras ocasiones alguna de las socias traen un queque, pero si hay que tomar té pelado, se disfruta igual nomás. Lo importante es que se la ha abierto otra ventana y con sus años que tienen, no se puede desaprovechar”, dijo.

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