lunes, 30 de agosto de 2010

San Antonio se levanta tras el terremoto

Si bien nuestra ciudad ha avanzado bastante, aún quedan temas pendientes por resolver y que de una u otra forma recuerdan la tragedia y los dramas desencadenados por la naturaleza

Danilo Rojas Barahona es una persona multifacética. Contador de profesión, concejal de la Municipalidad de San Antonio, dirigente rotario, representante de instituciones deportivas, bombero, buzo del Grupo de Rescate Anfibio de San Sebastián, entre otros.
Aquel 27 de febrero se despertó sobresaltado por el terremoto. Se preocupó por su señora y su hija, pero acto seguido se puso a disposición de las autoridades y entidades de emergencia para coordinar la ayuda; entre las que se encontraba el alcalde Omar Vera, el prefecto de Carabineros, el director de la Escuela de Ingenieros, representantes de la Armada, Gendarmería y Bomberos. Ahí se determinaron los primeros pasos a seguir para enfrentar la complicada situación que se estaba viviendo esa madrugada.
“A las 8 de la mañana nos constituimos como comité de emergencia. Estaba en eso, con las demás autoridades, cuando recibimos el llamado de comandancia que nos alertaba sobre la emergencia que se estaba viviendo en el sector de los Ojos de Mar. Cuando llegué el panorama era terrible, desolador; el mar había subido mucho, sólo había destrucción y gente pidiendo ayuda. No había camino, todo era una sola gran laguna. Me puse a las órdenes del capitán de bomberos y me dijo que me equipara. Luego llegaron efectivos de la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes y de inmediato, nos dedicamos a  la búsqueda de sobrevivientes. Todo esto a las 5 AM”, cuenta.
El tsunami había arrasado con las 250 cabañas del sector, muchas de las cuales estaban habitadas por personas que no habían alcanzado a salir tras el terremoto. “Entré a una casa y habían dos mujeres de edad, fueron las primeras que rescatamos. Había muchos escombros, vidrios, clavos, fierros, todo debía hacerse con enorme cuidado. Posteriormente vi una silueta de un hombre que gritaba por ayuda sobre el techo de una cabaña. Me acerqué, le dije que se calmara, que lo iba a sacar de ahí, pero que tratara de controlarse. Cuando estuve a su lado lo saqué y lo llevé al bote inflable. En ese momento me dijo que no había podido rescatar a su señora, la que se había ahogado y quedado al interior del auto que permanecía en el fondo de la laguna”.
“Hasta el día de hoy mantengo comunicación don Rosendo Villamil –que fue a quien rescaté-, me llama y me pregunta como estoy”, señala.
Hoy tras seis meses de la tragedia, Danilo Rojas no lo duda, esta ha sido una de las experiencias más fuertes que le ha tocado vivir.
En los días posteriores, junto a personal de la Armada, le correspondería rescatar a las otras cuatro víctimas que se registraron en el lugar.
Mientras recuerda la labor cumplida en aquella jornada, el concejal Rojas hace una crítica atendible. “Resulta lógico agradecer la labor cumplida por los buzos del Grupo de Rescate Anfibio de San Sebastián, ellos actuaron de inmediato, prestaron colaboración sin pedir nada a cambio, puesto que esta es un trabajo de ayuda a la comunidad. Sin ir más lejos, esta semana algunos de sus integrantes encabezados por Juan Carlos Salazar, se trasladaron en la barcaza Chacabuco hasta la isla de Juan Fernández para ayudar a limpiar la bahía de los escombros originados por el tsumani que afectó la zona. Allá se encontraron con una bandera chilena en el fondo del mar, se tomaron una foto y la trajeron de vuelta a San Antonio. Todo un símbolo que demuestra el esfuerzo de estas personas. Hay un compromiso del alcalde por reconocer la ayuda que entregaron tras la tragedia del 27 de febrero. Así es que so aún está pendiente”.

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