jueves, 16 de abril de 2009

La reina del "18"

La celebración de las Fiestas Patrias es un acontecimiento que se disfruta en familia. Por lo mismo, muchas de las preparaciones que se conocen en esta ocasión son realizadas al interior del hogar.

Su buen asado, acompañado de vinito tinto y por supuesto, de la infaltable empanada de pino. Si bien por generaciones los sanantoninos han preparado este elemento como prácticamente una herencia que se traspasa de generación en generación, no son pocas las familias sanantoninas que ha hecho de este plato tradicional, una forma de obtener recursos para el hogar.

Casos en San Antonio hay varios, cada uno con sus propios temas y objetivos, pero teniendo como aspecto central la empanada; la misma que en cada "18" vuelve a ocupar los espacios centrales de cada mesa, no solamente de los fines de semana.

Por que si hay algo claro es que la empanada, no sólo es sinónimo de septiembre, sino que de todo el año.

Quién más o quién menos conoce a alguien en el barrio, en la población o en algún sector de San Antonio, que se haya hecho famoso con sus empanadas y que hoy sea casi una microempresaria, pero dándole ese toque casero, de horno de barro o de simplemente, cariño

ESFUERZOS

Estas son historias de esfuerzos, de personas que comenzaron con poco y que han salido adelante con la ayuda de todo el hogar.

Con una masa delicada, sabrosa, con algo de manteca... El pino con su picardía, quizás con no mucha cebolla, pero su toque de ají por allí para que levante los ánimos.

¿Con aceituna o sin aceituna? eso depende de cada gusto, pero el huevo es infaltable; no hay buena empanada de horno si no lleva su huevo. Eso es tradición. La pasa, bueno eso es de cada uno. Algunos dicen que sí, otros que no.

DE TODOS LOS TIPOS

La empanada -hay que reconocerlo a estas alturas- no sólo es un producto chileno. Las hay argentinas con rellenos que sorprenden; peruanas, españolas, venezolanas, etc.

Pero ninguna ocupa el sitial en el folclor de un país como en Chile y más encima en septiembre. 

Toda la familia de Gina Carreño colabora en la elaboración de las empanadas que cada fin de semana venden en Bellavista (236077) , ahí justo frente a la plaza Pablo de Rokha.

Y ahora son toda una tradición, porque son pocos los que pueden resistirse a los aromas que surgen de los hornos de barro instalados en las afueras de los bloques del lugar. "No tenemos grandes secretos para hacer las empanadas, sólo que las hacemos con cebolla bien cocida y con los aliños necesarios para que queden sabrosas; además las cocinamos en hornos de barro, así es que quedan súper buenas", señala la señora Gina.

Junto a su marido Juan Azagra decidieron probar suerte con las empanadas como una forma de solventar los gastos de la educación superior de su hijo mayor.

"Debemos hacer el esfuerzo por él y por suerte lo estamos logrando. Cada fin de semana, las empanadas se me hacen pocas. A la gente le gusta y eso nos pone muy contentos".

Así es que para este "18" los esfuerzos deberán redoblarse, ya que los pedidos se multiplican. "Aquí todos colaboran, nos estamos preparando para el 18; ese día nos levantaremos a la 5 de la mañana para preparar las empanadas y empezar a cocinarlas desde temprano y entregar todos los pedidos que tenemos", comenta. Para ella este ha sido un compromiso que si bien la deja agotada, vale la pena. 

Hoy es parte del centro cultural "Los Llamativos" y junto a ellos tiene una serie de desafíos para el bien de los vecinos y dentro de ellos, sus empanadas tienen un rol de importancia.

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