martes, 23 de diciembre de 2008

Vacaciones con todo bajo control


Es verano, la temperatura aumenta y muchas familias se disponen a salir de viaje fuera de San Antonio para cambiar de aires y compartir juntos a sus seres queridos.
Por lo general es la oportunidad de salir de camping o ir a la playa, consumir más verduras, frutas y alimentos que no están refrigerados. Aquellos que tienen vehículos los cargan con todo lo necesario y emprenden el rumbo.
El problema es que por lo general, el chileno siempre deja las cosas para última hora y es común que el viaje lo emprendan sin las revisiones adecuadas ni las medidas sanitarias correspondientes.
Es por eso que especialistas de San Antonio entregan sus recomendaciones para no tener problemas de salud y para que el viaje en automóvil no tenga contratiempos.

La salud está primero

Periódicamente nos enteramos acerca de una intoxicación alimentaria en periodo estival y que afecta a grupos humanos. Puede tratarse de grupos de jóvenes en viaje de delgaciones, familias en algún camping, etc.
También es común que sea simplemente por la deficiente manipulación de los alimentos, ya que al no disponer de un refrigerador, son consumidos sin considerar que después de un tiempo a temperatura ambiente éstos sufren deterioros.
Además, la falta de agua potable en ciertos sectores conspira contra el cuidado lavado de las frutas y verduras lo que a la larga generará inconvenientes de salud.
El gastroenterólogo del hospital Claudio Vicuña, Abdón Guerra, señala que “por lo general en verano aumenta este tipo de patologías, ya sea porque la gente se despreocupa un poco de los cuidados de los alimentos, o simplemente porque no cuenta con los elementos necesarios para hacerlo”.
Con la llegada del verano, las temperaturas más elevadas favorecen la aparición de esos cuadros gastroenterológicos agudos que no discriminan por edad.
Las intoxicaciones alimentarias, independientemente del agente que las provoque o la gravedad del cuadro que desencadenen –hay algunos casos más severos que otro-, suelen tener una expresión común: la gastroenteritis.
Como su nombre lo indica, la gastroenteritis constituye un cuadro infeccioso-inflamatorio del tubo digestivo. El origen de este padecimiento es la multiplicación o reproducción de microorganismos (virus o bacterias) contenidos dentro de los alimentos y bebidas, lo cual ocurre con suma rapidez.
Guerra señala que los síntomas principales “son vómitos y diarreas, acompañados –o no– por dolor cólico de diversa magnitud, fiebre e incluso deshidratación, donde ya se empieza a complicar la situación”.
Por eso hay que poner especial cuidado en estas vacaciones cuando los cuadros de deshidratación afecta a grupos de riesgo (niños pequeños, ancianos, enfermos crónicos). Es que la pérdida excesiva de líquidos, ya sea por los vómitos o por la emisión de deposiciones líquidas, acompañado por la sudoración excesiva que se produce en casos de fiebre elevada, llevan a la pérdida de agua corporal, que puede resultar en descenso de la presión arterial e incluso compromiso en el funcionamiento de los riñones y riesgosas arritmias cardíacas.

Automedicación

Para los especialistas es habitual encontrarse con casos donde los pacientes recurren a la automedicación; la que por lo general afecta más al cuadro presentado más que brindar una solución.
“Los pacientes recurren a los antibióticos o antiespasmódicos, que podrían enmascarar ciertos cuadros clínicos e incluso desencadenar diarrea por un mecanismo adicional de alteración en la flora normal del intestino”, señala el gastroenterólogo.

La clave es prevenir


Las intoxicaciones alimentarias pueden ser originadas tanto por bacterias como por virus. Las temperaturas estivales favorecen el crecimiento de los gérmenes dentro de los alimentos (especialmente propensas son las salsas y cremas). Además hay que estar atentos al consumo de alimentos recalentados o aquellos que han sido descongelados hace mucho tiempo.
Por eso hay que tener especial atención a ciertas medidas para que el viaje no nos genere más dolores de cabeza de los presupuestados.
- Mantener los alimentos refrigerados, particularmente en verano. Si los ha cocinado bien puede guardarlos fríos, bien cubiertos y en una heladera (si está de camping).
- La mayonesa si se hace en casa debe estar refrigerada y consumirse inmediatamente; de lo contrario, es un riesgo. Si es envasada pueden permanecer fuera del frío mientras no haya sido abierto su envase. Una vez utilizado por primera vez, guardar en la heladera.
- Prestar atención con el pescado y los mariscos crudos.
- Evitar el consumo de aguas no potables tanto para beber como para lavar las frutas y verduras.
- Cocinar las carnes en forma completa. No se deben consumir carnes crudas, como es el caso de las hamburguesas mal cocinadas.
- Lavar cuidadosamente las manos antes de manipular alimentos o consumir alguno de ellos.
Recuerde que las manos son un elemento fundamental para elaborar preparaciones alimentarias. Constituyen, además, un excelente vehículo para trasladar gérmenes de un sitio a otro.
- No comprar productos lácteos o cárnicos cuando éstos se encuentren fuera de las máquinas congeladoras que se encuentran en supermercados y negocios.

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