viernes, 19 de diciembre de 2008

Siempre listo


"Una vez nos tocó rescatar a seis personas que se estaban ahogando en San Sebastián. Afortunadamente logramos recuperarlos con vida... Luego regresamos con los muchachos del grupo a hacer el recuento de la actividad; no había pasado una hora, cuando vuelven a llamarme y a decirme que se estaban ahogando 6 personas en el mismo lugar"...
"Les dije que ya habíamos hecho el rescate, pero me respondieron que era otro. Y efectivamente, eran otras seis personas que se estaban ahogando en el mismo lugar donde habíamos estado hace una hora... Obviamente acudimos al rescate y lo hicimos con éxito... Pero el riesgo que se corre no lo sabe la gente".
Esta es sólo una de las tantas vicisitudes por las que ha debido atravesar Juan Carlos Salazar, encargado del Grupo de Rescate Anfibio de San Sebastián y uno de los fundadores de la institución.
Si bien el grupo trabaja durante todo el año, es en el periodo estival donde alcanzan mayor notoriedad por su abnegada labor en el rescate de los turistas que se debaten entre la vida y la muerte en las playas del Litoral Central.
Un promedio de los últimos años, indica que en la provincia de San Antonio se ahogan 5 personas durante el verano, pero las emergencias sobrepasan las 120; es decir son muchos quienes requerirán en algún momento los servicios de este grupo de rescate.
Y lo que es más valioso, el servicio que brinda a la comunidad este grupo de voluntarios es sin fines de lucro; es más, muchos de ellos deben poner de sus bolsillos para acudir a las emergencias, todo con la finalidad de colaborar con las familias en desgracia.
Esta labor desinteresada los ha llevado a ganarse al admiración de la gente, más aún de aquellas personas que sufren percances en las aguas.
al servicio de la gente
Con más de doce años de experiencia el Grupo de Rescate Anfibio de San Sebastián (Grass) es una de las organizaciones más reconocidas de la provincia de San Antonio.
Hoy en día cuenta con aproximadamente 50 integrantes y es dirigido por Fabiola Huerta.
Entre sus componentes se encuentran supervisores de buceo, buzos comerciales, buzos intermedios, buzos mariscadores y salvavidas. Cada uno de ellos está autorizado para acciones a cierta profundidad y para cierto nivel de riesgo, pero en todos prima el denominador común de servir a los demás en los momentos más complicados: cuando una persona se está ahogando o cuando ya no hay nada que hacer y se debe recuperar el cuerpo.
Es en ese momento de aflicción cuando entra en escena el Grupo de Rescate Anfibio de San Sebastián brindando colaboración a los familiares con su trabajo especializado en la playa o dando una palabra de aliento, pero realista de las complicadas condiciones que deben enfrentar.
Juan Carlos Salazar es uno de los rostros importantes del Grass, pero no es el único; es uno de los fundadores, aunque también hay otros que arriesgan sus vidas al buscar a los desaparecidos en las profundidades del mar.
Por lo mismo, Salazar se apura al señalar que"yo soy uno más del grupo, pero hay muchos que están dispuestos a servir apenas se los llama. Por ejemplo, tenemos un compañero que estuvo 20 días trabajando en Aysén, llegó anoche a su casa y a la mañana siguiente hubo una emergencia en El Tabo y de inmediato vino a colaborar y entrar al agua para buscar los cuerpos. Eso es un ejemplo de como se puede ayudar", indica.
cerca del mar
Para Juan Carlos Salazar el estar cerca del mar es algo natural. Así ha sido desde pequeño y cuando fue salvavidas y posteriormente, cuando fue buzo profesional.
Lo curioso que su actividad comercial dista mucho del mar, es distribuidor de gas en su querida San Sebastián.
Pero al ver que cada año se repetían las mismas emergencias en el mar; decidió tomar cartas en el asunto junto a otro grupo de voluntarios.
Así con más ganas que recursos nació el Grupo de Rescate Anfibio de San Sebastián.
Hoy son incontables las emergencias y los rescates de cuerpos en las que han participado. Esa experiencia los ha llevado a tener una visión muy crítica del accionar de los visitantes y turistas que llegan en masa al Litoral Central en verano y por lo general, sin ningún tipo de precaución.
experiencia
"Nosotros hemos insistido ante las autoridades en la necesidad de contar con salvavidas en las principales playas del Litoral Central; no sólo en la época de verano, sino en otros meses, como una forma de estar permanentemente poniendo en alerta a las personas", señala.
En eso estaba cuando en plena playa Las Gaviotas de El Tabo, una persona se internaba en el mar sin tomar las precauciones debidas.
"Ves, eso es lo que pasa; en el lugar donde está esa persona el agua te llega a la cintura, por eso se mete más adentro sin percatarse que unos metros más allá hay un pozo donde quedará sin pie. Eso no lo sabe, nosotros sí porque conocemos esta playa y sus corrientes como la palma de mi mano. Entonces se les indica que deben tener cuidado; el problema es que son pocos los que entienden y si a eso le sumamos la falta de salvavidas, entonces todo se complica".
Esta semana el Grass ha centrado su accionar en la playa de El Tabo donde un joven recién egresado de Ingeniería desapareció en las traicioneras aguas.
Allí, junto a los familiares del desafortunado joven, se enfrenta al destino.
Salazar cuenta que "estos son momentos complicados, cuando uno debe informarle a los padres y familiares de la situación. Es una labor difícil, pero debemos hacerla con los pies bien puestos en la tierra. Hay que ser conscientes que en muchas de estas emergencias es muy difícil que se vuelva a encontrar el cuerpo. Por un lado, por las condiciones del mar (fuerte oleaje) y por otro, por las condiciones del fondo (plano y con presencia de corrientes)".
En su labor han sido varias las veces que ha estado cara a cara con las acongojadas familias. "Uno se pone duro con esto, son tantos los casos que uno ha vivido que tiene la obligación de ser realista al momento de enfrentarse a las familias".

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