martes, 6 de julio de 2010

Nuevas generaciones de Jorge Betancourt

Tras alejarse un poco de la radio, la labor siguió en su hijo Pedro Betancourt, quien comenzó como radiocontrolador y llegó a conocer las distintas facetas del trabajo radial. “En 1980 comencé a trabajar en Sargento Aldea y aprendí rápido. Asumí en Cristalina, hacía grabaciones de avisos y también dedicado a la parte artística”, cuenta Pedro.
“Junto a la experiencia de mi padre pudimos hacer muchas cosas, pero una de las más relevantes fue haber sido parte del “Show de Gaspar” con el que tuvimos la oportunidad de actuar en Estados Unidos e incluso embarcados”
Y como esto se trata de traspasar experiencias de generación en generación, Jorge, hijo de Pedro también salió con el bichito de la radio.
Como siempre se hablaba de la radio en el hogar aprendió desde pequeño el trabajo en la emisora, al punto de que con sólo 13 años ya aprendió el oficio de controlador. Una labor complicada en aquellos años, pues exigía agilidad de manos para mantener la programación sin baches y con los recursos disponibles. Algo muy distinto a lo que se emplea hoy en día donde el computador y el mouse tienen un rol preponderante.
Jorge Betancourt (29) estudió publicidad, labor que acompaña hoy en día en su gusto por la radio. “Puedo decir que prácticamente nací en la radio, pues desde pequeño vi el trabajo que se hacía en Sargento Aldea, llevando los cables, las bombas, los micrófonos. Paralelamente desarrollé mi gusto por la música, guitarreábamos con el tata, participé en un coro de la iglesia. Hice varias cosas hasta que un día hablé con mi abuelo y le comenté la idea de tener un programa propio. Al principio no me tomaron mucho en cuenta, pero con el tiempo (1996) se dio la posibilidad de hacer un programa de tributo a The Beatles que se llamó “Sólo para beatlemaníacos” que se mantiene hasta el día de hoy los domingos de 19 a 20.30 horas”, cuenta Coke.
Como publicista de la Uniacc, se mantiene ligado a la radio tratando de explorar nuevas áreas. “He trabajado en mi profesión y he sabido juntar las cosas para andar bien”.
Así como van las cosas esta generación familiar se mantiene con los nietos y lo más probable es que continúe con los bisnietos, por lo menos buenas perspectivas se ven en esta familia de sanantoninos que ha sabido hacer algo por el lugar que los vio nacer.

Hombre de radio por donde se lo vea

Pero como Betancourt es un emprendedor, junto con el folclor realizó trabajos para Radio Sargento Aldea, primero como publicista y luego como ejecutivo bajo la dirección de Roberto Araya Silva. “Cuando asumí la parte artística de la radio hicimos concursos de talentos para aficionados. Recuerdo “Camino al éxito”, “Favoritos para el 70”, “Favoritos 70”, “Yo también soy artista”  y tantos más de donde surgieron nombres como Rosamel Araya. En esa época el premio era una actuación pagada durante un mes en la radio. Cuando terminó el premio de Rosamel, nos organizamos junto a los Hermanos Alvarez  y el solita Lorenzo Sandoval, para crear “Los Ases del Caribe”. Ese fue el inicio de Rosamel Araya, pues luego tras gestiones de José Eliseo Vaca viajó a Mendoza y de ahí a Buenos Aires donde no paró más y llegó a ser un gran astro en Argentina”, recuerda.
La radio Sargento Aldea entre los años 1974 y 1975 estaba pasando por una crisis económica; gestiones del dueño Galvarino González Olivares le permitieron a Jorge Betancourt hacerse cargo de la cartera publicitaria. “Hice una buena gestión con los abuelos de los que hoy están en el comercio sanantonino. Don Galvarino fue el mejor jefe que tuve en mi vida, tenía una calidad humana a toda prueba y me entregó la dirección de la emisora el 31 de julio de 1975. Pese a que estaba en la quiebra, nos fue bien, el comercio me ayudó; entre ellos, Don Miguel Manzo Ubeda, quien hasta el día de hoy está conmigo. Nunca me dejó, ejemplos como los de él no se encuentran todos los días”.
“Normalizamos el accionar económico de la radio y me retiré cuando él falleció. Quedó mi hijo Pedro. Yo me dediqué a otras cosas, entre ellas a la formación del diario El Líder Provincial que tenía como misión ser un buen medio de comunicación escrita como la provincia se lo merecía. En los inicios trabajé con Pedro Marinkovic, hicimos grandes cosas y nos consolidamos. Posteriormente dejé la propiedad de ese medio y llegó a ser lo que es hoy en día”.
Así pasaron los años y su vida siempre se mantuvo ligada a las comunicaciones. Con el espíritu emprendedor, creó tras conversaciones con la familia la primera radio de Frecuencia Modulada de San Antonio: Cristalina FM en el año 1979. “Nos adecuamos a los tiempos que venían. En 1993 solicité una concesión y resultó todo bien para dar vida a Caracolla FM en el 101.3 del dial. Se escuchaba muy bien y fue un éxito en cuanto a la música y programación que teníamos. Con el tiempo me ofrecieron la radio Onda Azul de Cartagena y la transformamos en lo que es actualmente Costanera FM en el 96.5”

Familia Betancourt-Córdoba: Una generación ligada a las comunicaciones

Forjador de la radiofonía en San Antonio, artista, cultor del folclor y emprendedor por sobre todas las cosas, Jorge Betancourt Carrasco ha sido la base de una familia ligada al ámbito radial en nuestra provincia

Trabajando en su escritorio en las instalaciones de radio Costanera encontramos a Jorge Betancourt Carrasco.
Y no podía ser de otra manera... pues así ha sido toda su vida. Trabajar es y será parte importante de su forma de ser, por lo que pensar que en el algún momento estaría “encerrado” en su casa, no sería realista.
Betancourt ama su trabajo, le gusta estar en control de las cosas. Se lo ve preocupado de sus cuentas, de coordinar el pago de compromisos de la radio, de tener todo en orden y bajo control.
Con sus bien llevados 78 años de edad, este llolleíno de tomo y lomo se siente agradado con lo que hace.
Es que Jorge Betancourt se califica ante todo como un emprendedor, como un hombre de trabajo que ha sabido salir adelante con mucho esfuerzo.
Gerente de empresas navieras, ejecutivo de un banco, director y formador de radios, jefe de una empresa de la construcción son sólo algunas de las facetas que ha realizado a lo largo de su vida.
Eso no es todo, tiene una parte muy cercana y que ha sido motivo de orgullo: ha sido artista y un ferviente cultor de nuestro folclor nacional.
Por si fuera poco, anote: tangómano a la vena y gardeliano, por excelencia.
Sería iluso pensar que en estas páginas se podría plasmar toda la vida de una persona que vaya que ha hecho cosas.
Más aún cuando Betancourt se entusiasma hablando del antiguo San Antonio, cuando la radio Sargento Aldea organizaba concursos por los años 50 en búsqueda de talentos artísticos; o cuando por sus estudios pasaban monstruos de la canción popular con un arraigo que hoy no se creería.
Nombres de personas, de grupos, de locutores, de trabajadores, cifras, fechas y un largo etc. salen con fluidez de la boca de Betancourt. Recuerda como si fuera hoy cuando causaba sensación con el trío “Los Romanceros de Chile” en nuestro país y en Argentina.
Rememora con claridad cuando llegó al restorán de la Elvirita en Puertecito y se sobrecogió al escuchar los acordes y voces de “Los Ases del Caribe” con los Hermanos Fidel y Ulises Alvarez junto a la inigualable presencia de Rosamel Araya, un grande entre los grandes.
Hoy en su oficina de calle Presidente Pérez las paredes tienen galvanos en reconocimiento a una amplia labor, los escritorios tienen recuerdos de grandes jornadas ligadas a la radiodifusión y al folclor.
Mientras el teléfono suena, Betancourt revisa algunas cuentas, firma documentos y sigue recordando… casi sin parar.
Y así ha sido por lo menos los últimos 50 años.
Con ese ritmo y esas ganas, ¿quién podría parar?

Recuerdos artísticos

“Donde está la estación de servicio Shell en Barros Luco había un galpón que la radio Sargento Aldea utilizaba para hacer un show en le que se presentaban nuevos talentos. Un 13 de abril de 1950 asistí como cualquier sanantonino a ver el espectáculo de “El Rancho Musical”, cuando el locutor dio la posibilidad a cualquiera de presentarse en público. Yo me atreví, canté y me gané el premio principal: doce maltas, las que estaban muy moda por aquellos años. Desde ahí se me fue desarrollando la veta artística que nunca más dejé”, cuenta Jorge Betancourt.
“Yo me tomé muy en serio esto de la música, traté de ser lo más profesional posible considerando lo que se podía hacer en San Antonio. Comencé como solista en 1952 cantando folclor, tangos, valcesitos, etc. Con Demetrio Danus y Camilo Zúñiga formamos “Los Mensajeros de Chile” para en octubre de 1957 ir a Mendoza por 15 días, pero estuvimos 3 meses actuando en los principales locales y radios de la ciudad de la mano de Carlos Mombruno Campos. Ellos eran los mejores en guitarra y arpa, con orgullo digo que no se ha visto algo similar a ese grupo aquí en San Antonio. Luego formé  “Los Romanceros de Chile” con Orlando Beiza. Hicimos presentaciones en todo el país durante 25 años. Desde 1960 me dediqué plenamente a la parte artística; entre otras cosas con “Los Playeros”. Siempre tuve tiempo para hacer otras cosas. En eso conté con el apoyo incondicional de mi señora Berta Inés Córdoba Vargas, más conocida cariñosamente como la “Mami Nena”, dijo.
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